Cuando Mauricio Macri asumió en diciembre de 2015, su hija menor, Antonia, tenía sólo cuatro años. La pequeña vivió la primera mitad de su vida en el lujoso piso de sus padres ubicado sobre la Avenida del Libertador y la otra mitad en la Residencia presidencial de Olivos. A sólo 16 días del traspaso de mando y su consecuente mudanza obligada, Juliana Awada decidió "despedirse" del chalet presidencial con un álbum de fotos de su hija menor en redes.

Se trata de seis imágenes en las que se la puede ver a la hija presidencial tanto en la huerta, como disfrutando del pequeño lago artificial del complejo. "Recuerdos de Anto en Olivos", describió la primera dama. Un día antes, se había encargado de compartir las fotos del nuevo jardín que plantó durante la administración de su marido, en un mensaje con un claro significado político: "Qué lindo ver cómo crece lo que plantamos con tanto amor".

El próximo 10 de diciembre, será Alberto Fernández quien desembarque en la Residencia de Olivos. Tal como sucedió con Cristina Kirchner, quien abandonó el chalet presidencial quince minutos antes de la medianoche, los Macri deberán dejar el complejo al que se mudaron en febrero de 2016, después de dos meses de remodelaciones.

Las millonarias remodelaciones de Mauricio Macri y Juliana Awada en Olivos

Las remodelaciones realizadas por Mauricio Macri en la residencia de Olivos generaron polémica. Desde su asunción, desde el entorno del presidente se encargaron de achacarle a Cristina Kirchner el "deplorable estado" en el que dejaba la quinta presidencial, pese a que la ex presidenta había invertido en su gestión 28 millones de pesos en arreglos. "Cosas básicas, como el retiro de alfombras y la colocación de parquet donde no había piso, pintura exterior y cambio de tejas rotas por temporales", precisó en su momento la ahora vicepresidenta electa.

En efecto, los Macri tardaron casi tres meses en instalarse en Olivos. Durante ese tiempo, se llevaron adelante refacciones valuadas en 18 millones de pesos, por ese entonces un millón de dólares. La obra estuvo a cargo de la Secretaría General de la Presidencia e incluyó tanto arreglos, como la compra de nuevo mobiliario para la residencia principal; así como para el chalet de huéspedes y el anexo presidencial.

"Se reparó la humedad encontrada (en el chalet principal). Se remodelaron los baños y se acondicionó el sistema centralizado de aire acondicionado, con instalación eléctrica e iluminación. Además, se recuperaron carpinterías, pisos de madera y mármoles", precisaron desde el Gobierno.