El reloj marcaba las 21 horas. La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner firmaba ejemplares de Sinceramente y saludaba a la militancia que desde hace más de 10 días se acerca a su domicilio. En ese momento, Fernando André Sabag Montiel, de 35 años, burló la custodia de la funcionaria, estiró su brazo entre las personas que la rodeaban y le gatilló en dos veces en el rostro. Afortunadamente, falló.
El arma tenía cinco proyectiles, pero se encontraba mal la corredera, de acuerdo con una pericia preliminar y de milagro la bala no salió. Como si nada, debido a que no se percató del ataque, la ex presidenta siguió saludando mientras que el personal de seguridad, quizás de manera tibia y hasta cordial, intentaba ponerla a resguardo. "En ningún momento se dio cuenta del ataque. Recién se enteró cuando subió a su departamento”, detallaron las fuentes del caso.
Si bien en las imágenes se puede observar a simple vista que la vicepresidenta alcanzó a cubrirse el rostro con las manos y agacharse, mientras que el hombre -que se encuentra detenido- fue reducido de inmediato por los presentes, lo cierto es que -según declaró la funcionaria ante la jueza María Eugenia Capuchetti- lo hizo para alcanzarle un libro de Sinceramente que se le había caído a uno de los militantes durante el alboroto.
El intento de magnicidio (el asesinato de una persona con un cargo importante) ocurrió ante la mirada de cientos de personas que rodeaban a Cristina. Y de hecho, Lucía y Javier -militantes- son dos de las más de 20 personas que fueron a prestar declaración ante los Tribunales y dialogaron con C5N sobre lo ocurrido durante la noche del jueves. "Nosotros estábamos con muchos compañeros haciendo lo que es el cordón de seguridad de la vereda de enfrente", contó Lucía.
La joven sostuvo que vio el tumulto, pero no el arma. "Lo que atinamos a hacer es resistir el cordón, que está para eso. Tratamos de resistir (el avance) de los compañeros, que al ver una situación de peligro quisieron acercarse para proteger a Cristina. El personal de seguridad fue el que en ese momento la corrió a ella, que siguió saludándonos e incluso el compañero (señala a Javier) le acerca una carta que era a lo que íbamos nosotros", detalló.
A su turno, Javier destacó: "Yo vi el arma de frente, pero no interprete que era un arma. Me pareció un arma, pero uno a veces duda porque Cristina siguió. Fue un tumulto, en el momento me pareció un arma, pero (creí) que fue un manotazo o que le tiraron agua. Porque enseguida lo redujeron y justo ella se agachó, y no lo vio. Ahí hubo un tumulto, lo redujeron y ella siguió caminando".
Y sumó: "Salimos como diciendo ´alguien le tiró un manotazo, pasó lo que puede pasar muchas veces pero nada grave´, y nos íbamos alegres....en el auto, comenzaron a llegarnos los mensajes de que quisieron matar a Cristina. Después de que pasó eso, estaba en un costadito mientras ella terminaba de saludar, le di la carta en la mano, le dije ´léela por favor´ como hacemos todos los que le llevamos unas ideas y propuestas políticas a Cristina y me dijo ´Sí, la voy a leer´".
Finalmente consultado sobre el dramático momento que protagonizaron, el testigo manifestó que se trata de un "momento muy complicado" que transita la Argentina. "Es muy grave lo que ha pasado. Creo que estos discursos de odio que muchas veces desde el peronismo venimos diciendo que lo ejerce la posición, acá vemos los resultados. Podría haber sido mucho más trágico", dijo.
Y continuó: "Ahora, hay discusiones que en la Argentina tenemos que zanjear. Vos ponés los medios de comunicación, hablan de los ´70 y te dicen ´los terroristas´. Tenemos que arrancar desde ahí porque acá bombardearon la Plaza de Mayo, hubo un partido que estuvo 18 años proscripto, por eso hubo lucha de armada en la Argentina y a veces, determinados comunicadores, te lo venden como si hubieran venido naves de Rusia para robarse nuestra civilización occidental y cristiana".
Para Javier, el peronismo sufre una estigmatización negativa desde hace años. "Los peronistas somos los malos, pero los muertos siempre los ponemos nosotros. El jueves, nuestra líder, casi de vuelta. ¿Qué pasaba en la Argentina si moría Cristina? ¡Un desastre! Y esto se lo digo a la gente que no piensa como nosotros. A los opositores. A los que no están llenos de odio. Pensemos, discernamos, ¿qué pasa si pasa eso? ¡se va todo el carajo! Tenemos que darnos un gran debate. Los dirigentes se tienen que poner la posta. Hay que dar un gran debate de nuestra historia. En Alemania no pueden revindicar el nazismo y decir barbaridades. Y acá se dicen barbaridades en la televisión", concluyó.
El atentado contra la vida de Cristina ocurrió minutos después de las 21, en la intersección de las calles Juncal y Uruguay, en el barrio porteño de Recoleta. Según se informó, Sabag Montiel, de 35 años, de nacionalidad brasileña y que reside en el barrio porteño de Villa del Parque, está inscripto como trabajador dedicado al “servicio de transporte automotor urbano y suburbano no regular de pasajeros de oferta libre; excepto mediante taxis y remises, alquiler de autos con chofer y transporte escolar”, UBER.. La causa que conmociona a la Argentina y a todo el mundo recayó sobre las manos de la jueza federal María Eugenia Capuchetti.