por Jimena Báez
17 Enero de 2025 12:36Una vez más, la motosierra de Javier Milei arrebata a la salud: el Hospital Bonaparte, uno de los principales centros de salud mental de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, atraviesa una difícil situación que se vio reflejada en recientes despidos masivos y un drástico recorte de presupuesto. La comunidad médica y los trabajadores expresaron su preocupación por la sostenibilidad del servicio en medio de estas medidas, que podrían afectar la calidad de la atención que se brinda a los pacientes.
A tres meses de que la administración libertaria anunciara la reestructuración del Hospital Bonaparte, el Gobierno adelantó este miércoles 15 de enero que no renovará los contratos de gran parte del personal y definió un recorte de más de 700 millones de pesos para su presupuesto de 2025. La cifra de reducción se determinó a partir del análisis sobre el uso de los fondos que el instituto dedicado a la salud mental había recibido el año pasado, cuando contó con $16.800 millones para su funcionamiento. Es decir, un total por mes de $1.333 millones.
En este contexto, BigBang dialogó con Maximiliano Martínez , un joven de 28 años que fue despedido recientemente de su labor en el área de comunicación del instituto de salud. El profesional contó la situación que atraviesa junto a sus colegas y cómo se enteró de su desvinculación: "Hace dos días nos enteramos, tipo 7 de la tarde nos empezaron a llegar una lluvia de notificaciones diciendo que a partir de ese momento estábamos desvinculados del hospital, que no nos iban a renovar el contrato", comenzó su relato y explicó que junto a él fueron 200 los trabajadores despedidos.
El entrevistado hizo énfasis en la importancia del número afectado: "200 despidos en algunos hospitales pueden no significar sacudones, pero en el Bonaparte estamos hablando de la mitad del personal. Hay áreas y servicios completamente reventados", reflexionó en un pedido de empatía colectiva por parte de los argentinos.
El Gobierno argumentó que, para esa determinación, el Bonaparte contaba con la mayor distorsión en la relación entre camas ocupadas/presupuesto y subrayaron que el 78% de los fondos que ingresaban estaban destinados a pagar salarios. Por otro lado, aseguraron que 326 trabajadores fueron incorporados al establecimiento médico a lo largo de los cuatro años del gobierno de Alberto Fernández (la mayoría de estos contratos son los que las autoridades ahora decidieron no renovar). Sin embargo, la versión del presidente de las Fuerzas del Cielo se contradice con la de los afectados.
Mientras los Senadores y otros tantos funcionarios disputan en aumentarse o no sus salarios de millones de pesos, los trabajadores aseguran que el Hospital Bonaparte está a un paso de la destrucción con las nuevas medidas: en contramano de la versión oficial, la institución brinda atención especializada en salud mental y adicciones a quienes residen en Ciudad Autónoma de Buenos Aires y alrededores, y se encuentra en Red con Hospitales de todo el país brindando soporte y acompañamiento en casos difíciles.
En tanto en redes sociales y en el día a día se comenzó a dar visibilidad a la salud mental y se hizo énfasis en el pedido de ayuda de quienes lo necesitan, Milei destruye el avance que se logró en el último tiempo. Es así, que mientras el arco político libertario asegura que los recortes son necesarios, Martínez enumeró las partes más afectadas del Hospital Bonaparte: "La guardia no está pudiendo funcionar porque no tienen psiquiatras porque los echaron a todos. El servicio de demanda espontánea está completamente vacío en el turno tarde. Lo mismo con el servicio de niñeces que echaron a la única odontóloga pediátrica que había en el hospital", fueron algunas de las consecuencias que pudo contar, además de denunciar que la atención del 0800 está completamente desmantelada.
Si bien meses atrás los funcionarios de salud dejaron en claro que no tenían intenciones de un cierre completo, Martínez declaró que los despidos y el recorte presupuestario son vistos como "un cierre virtual ", intentando seguir adelante con lo que tuvo inicio en octubre: "Estamos hace dos días durmiendo en el hospital. Estamos acá aguantando, pidiendo a la solidaridad de toda la comunidad. Entendemos que, así como pudimos en octubre enfrentar el cierre con el acompañamiento de los usuarios del Bonaparte, de los vecinos del barrio, de las organizaciones sociales, estudiante y jubilados, lo mismo necesitamos que suceda ahora".
El profesional hace hincapié en que el ataque no es sólo al Hospital Bonaparte sino que "hay un desguace a los hospitales nacionales y a la salud pública", donde no sólo preocupa el tema de los sueldos -que recodó eran muy bajos -sino que la mayor alerta está en el acceso a la salud pública para aquellos que no tienen el privilegio de acceder a instituciones privadas: así se da el abandono de un presidente a su pueblo.
Lo que él ve como un recorte de presupuesto, no es más que un recorte a los derechos de los ciudadanos: "El gobierno miente diciendo que sobran profesionales, cuando la realidad es que no", concluyó Maximiliano Martínez, pero antes recordó que con el cierre de la institución son cientos los pacientes que se quedan sin terminar un tratamiento de salud mental, cuando según estadísticas el suicidio es uno de los principales motivos de muerte en el país.