04 Junio de 2024 11:35
Los números de Javier Milei en estos casi seis meses de gestión no son buenos y siguen empeorando con el paso del tiempo. El mandatario no sólo ya tuvo su primer caso de corrupción en el Ministerio de Capital Humano con "contrataciones" que se registraron por fuera del Estado a través de la Organización de Estados Iberoamericanos, sino que además registra una inflación de más del 80% en lo que va del año, con la industria y la construcción -pilares de la economía del país- en caída libre, miles de despidos en el sector público y privado, millones de trabajadores por debajo de la línea de la pobreza y un conflicto social que sigue en aumento.
Y en medio de este oscuro panorama, la Universidad Católica Argentina (UCA) publicó un informe en el que señaló que el 55,5% de la población de la Argentina es pobre al cierre del primer trimestre, con un alza de casi once puntos en el período. En tanto, la tasa de indigencia subió de 9,6% a 17,5%. Esto implica que cerca de 25 millones de argentinos no cuentan con los recursos mínimos para satisfacer sus necesidades de alimentación, vestimenta y vivienda para subsistir un mes. De ese total, a su vez, cerca de 8 millones no están en condiciones de adquirir los niveles de comida indispensables para encarar cada jornada.
Por esta razón, para Eduardo Donza, investigador del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, la pobreza ya es un "problema estructural" de la Argentina y para que se reduzca debe mejorar la estructura productiva del país, como condición necesaria para que el mercado de trabajo tome impulso. "Si no mejora el mercado de trabajo es muy difícil salir de esta situación. Pero para que eso ocurra tiene que haber políticas de Estado que apunten a la producción", dijo e insistió que la pobreza "ya es estructural y esta es la tercera generación que nace en esa situación". "En los últimos 20 años, nunca hemos tenido menos de uno de cada cuatro argentinos en la pobreza", advirtió.
Según la UCA, la pobreza trepó del 44,7% en el tercer trimestre del 2023 al 55,5% en el primer trimestre de este año, al tiempo que la indigencia pasó del 9,6% a 17,5% en el mismo período. "Es que venimos de décadas de fracaso en la implementación de políticas sociales. En ese período, el Estado nunca encontró la forma de disminuir los niveles de pobreza", enfatizó Donza. De acuerdo con el estudio académico, la pobreza -que se determina por el valor de la canasta básica alimentaria- ya alcanza a 24,9 millones de residentes en áreas urbanas en el país, mientras que unos 7,8 millones de personas de ellos está sumergido en la indigencia.
Por este motivo, Donza sostuvo en radio Rivadavia que "estos datos reflejan el impacto de la devaluación, que provocó una inflación acelerada y de las políticas de shock que implementó el Gobierno, porque piensa que son las medidas más eficientes", A su criterio, "veníamos de un esquema que ya tenía serios problemas. Pero si no hay políticas de Estado que aumenten 'la torta' para poderla repartir a partir de consensos, el panorama no cambiará". "Tenemos una población que se empobrece cada vez más", alertó el especialista.
El brutal ajuste de Milei, una de las razones de la escalada de la pobreza
De acuerdo con el estudio, el brutal ajuste que lleva adelante Milei, con la combinación de aumento de los precios de la canasta básica y una actualización de ingresos por debajo de esa cifra, es la principal causa que explica el aumento de la pobreza dado que en la Argentina esta medición se realiza por ingresos y contempla otras condiciones socioeconómicas de las familias. El trabajo de la UCA refiere a la situación al 31 de marzo de 2024, período en el que golpearon con mayor fuerza las primeras medidas de gobierno. La devaluación provocó una estampida de los precios y los ingresos no corrieron a la par sumiendo a gran parte de la población en la pobreza.
A eso se agregó una continua actualización de los precios de las tarifas de los servicios públicos. De acuerdo a los datos oficiales, la inflación acumulada en el primer trimestre alcanzó a 51,6%, con un alza en los alimentos de casi 49%. En el mismo período y producto de la recesión la actividad económica se desplomó 6,2% en forma interanual, golpeando con mayor dureza a los sectores más vulnerables de la sociedad especialmente a los trabajadores informales y a los que viven de las famosas "changas diarias".
El último informe de salarios del INDEC es elocuente: los trabajadores informales tuvieron una mejora en sus ingresos de enero a marzo menor al 30%, con lo cual hay 20 puntos de diferencia respecto a la evolución de los precios. En esa relación se explica desde lo estadístico el fuerte aumento de los niveles de pobreza. También salieron perjudicados los trabajadores del sector público que en el primer trimestre obtuvieron mejoras salariales del orden de 43%, casi 7 puntos por debajo de la inflación. Los empleados registrados, según los números oficiales, pudieron equiparar el aumento de la canasta básica.
Siempre de acuerdo a la información oficial, la Canasta Básica Total (CBT) para un adulto equivalente alcanzó a fin de marzo un valor de $ 250.288. En el caso de una familia tipo -matrimonio y dos hijos- ese valor trepa a $ 773.385. Según el RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables) en marzo de este año el salario promedio era de $ 705.832, lo cual marca una diferencia de $ 68 mil con relación a la CBT.
En tanto, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) se ubicó en $ 115.873 para una adulto equivalente y en $ 358.048 para el grupo familiar. La CBT es el valor que usa el INDEC para fijar la línea de pobreza y la CBA fija la línea de indigencia. La diferencia entre ambas es que la CBT está compuesta por alimentos y un grupo de servicios esenciales, mientras que la CBA sólo incluye alimentos. En septiembre, el INDEC publicará la situación al cierre del segundo semestre.