Días antes de que se conociera la sentencia contra Cristina Fernández de Kirchner, en los pasillos de Casa Rosada ya se manejaba una certeza: la vicepresidenta sería condenada a seis años y el Tribunal Oral Federal N° 2 ordenaría también su inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Con la seguridad del fallo condenatorio en la previa de un año electoral y tras la debacle de la imagen de Alberto Fernández -dinamitada por propios y ajenos-, CFK ungió al que hoy por hoy suena cada vez más fuerte como candidato para encabezar la boleta con la que el Frente de Todos buscará la reelección. ¿El nuevo elegido? Sergio Massa.
"Cristina no quiere saber nada con ser candidata, mucho menos con volver a ser presidenta. Ella quiere que quede en el imaginario popular su última gestión, la foto de la despedida en Plaza de Mayo. Sabe que los próximos cuatro años van a ser muy difíciles en términos económicos y además ya está cansada. No va a perder centralidad, pero no quiere ser candidata a nada. No quiere fueros", reconocieron el viernes de la semana pasada fuentes del Ejecutivo a BigBang.
La decisión de bajarse de la carrera electoral no puede jamás interpretarse como un retiro político de la vicepresidenta. "De ninguna manera va a dejar de hacer política. Ella es consciente de la responsabilidad que tiene como dirigente y líder política. Pero para hacer política no es necesario tener un cargo y de eso Cristina puede dar cátedra", sumaron, en línea con el anuncio que la propia vicepresidenta realizó cuatro días después, en el marco de su descargo tras la condena en el juicio por Vialidad.
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Cristina sola no puede y sin Cristina no se llega. La premisa que forzó el nacimiento en 2019 del Frente de Todos se mantiene vigente, aunque uno de sus principales socios llega casi sin nafta política. Con la eventual reelección del presidente descartada hasta por su propio entorno, los ojos de la vicepresidenta y principal armadora de la coalición gobernante se centraron en el actual ministro de Economía.
"Hoy por hoy, el candidato de Cristina es Sergio", advierten desde el oficialismo. "Tiene llegada a la clase media, está llevando adelante la agenda económica más ortodoxa con el kirchnerismo acompañando a la distancia y, dato no menor, cuenta con el apoyo de Estados Unidos al igual que Horacio Rodríguez Larreta", explican.
Hay un sector del establishment que no comulga con la idea del feroz ajuste que anticipan Mauricio Macri o Patricia Bullrich y que ve con buenos ojos una eventual presidencia de Massa o del actual jefe de Gobierno porteño. El aceitado vínculo que el ministro de Economía mantiene con las principales autoridades del Fondo Monetario Internacional y la ejecución sistemática de las exigencias del Fondo le allana el terreno.
El timming del anuncio del acuerdo con Estados Unidos para detectar cuentas sin declarar de argentinos en el país del norte tampoco fue ingenuo: se firmó el lunes y se anunció sólo horas antes de que se conociera la sentencia contra la vicepresidenta. Casualidad o no, lo cierto es que Cristina capitalizó su descargo con una precisión política mucho más quirúrgica que lo que la mayoría de los analistas pudieron interpretar.
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"Me condenan, porque condenan un modelo de desarrollo económico y de reconocimiento de los derechos del pueblo. La condena no son los seis años o la cárcel, la condena real que dan es la inhabilitación perpetua a ejercer cargos políticos electivos; cuando todos los cargos a los que accedí fueron siempre por el voto popular", expuso la vicepresidenta, en el tramo final de su descargo.
Después de destacar que con el apellido Kirchner en la boleta el peronismo "ganó cuatro gobiernos", Cristina dio otro batacazo y tuvo su propio renunciamiento histórico a través de YouTube: "Voy a hacer lo mismo que en 2015, cuando Daniel Scioli me vino a proponer que fuera candidata a diputada nacional para darle fuerza a la lista".
Antes de la derrota del Frente para la Victoria ante la fórmula encabezada por Mauricio Macri, la vicepresidenta decidió no ser candidata y, tras dejar el poder el 10 de diciembre, se recluyó durante los primeros meses del gobierno de Cambiemos en su residencia del sur.
Con el Frente de Todos vapuleado, aunque todavía con chances de pelear una reelección, Cristina metió un gambito de dama, anticipó que no será candidata y le abrió así el juego a Massa. "No voy a someter a la fuerza política que me dio el honor de ser dos veces presidenta y una vicepresidenta a que la maltraten en período electoral con una candidata condenada y con inhabilitación perpetua. No voy a ser candidata, una muy buena noticia para usted, Magnetto", disparó, ya sin contener su furia.
"Cristina cumplió con lo que dijo en el acto en La Plata: que iba a hacer lo que tuviera que hacer para ganar las elecciones", reconocen por estas horas desde el Frente de Todos. "Así como en su momento entendió que era Alberto Fernández quien debía encabezar la lista, ahora sabe que su nombre en cualquier boleta es alimento para la oposición, los medios hegemónicos y el poder real", suman.
La "renuncia" de la vicepresidenta le da más oxígeno a Massa, que buscará ampliar la base electoral hacia los sectores medios y "moderados", al tiempo que continúa aceitando sus relaciones con Estados Unidos. "Con su descargo, Cristina mantuvo y radicalizó a su base electoral. Ahora, la ampliación queda en manos de Sergio".
El furioso cierre del descargo de la vicepresidenta tuvo otro condimento que pocos interpretaron: no estará en las boletas, pero seguirá manejando la centralidad del Frente de Todos y de la agenda política del país. "Discúlpenme la vehemencia, pero la verdad es que hay cosas que todavía me siguen indignando. El día que no me indignen más, será porque entonces ya dejé de hacer política".
El día que no me indignen más, será porque entonces ya dejé de hacer política"
Pese a que ya anunció que su nombre no figurará en la lista, desde el kirchnerismo aprueban una eventual candidatura de Massa con la misma condición que el espacio le puso en 2015 a Daniel Scioli: que el segundo sea "uno propio". Esta vez, la idea no es que Carlos Zannini acompañe al ministro de Economía como candidato a vice. ¿Quién tiene por estas horas todos los números? Eduardo "Wado" De Pedro.
"Axel va a ir por la provincia y 'Wado' se ganó con gestión el respeto de todos. Es el candidato que hoy por hoy más chances tiene para escoltar a Massa", destacan desde el Frente de Todos, en línea con las declaraciones que Máximo Kirchner realizó semanas atrás cuando, para sorpresa de muchos, deslizó que el actual ministro del Interior sería un eventual "buen candidato" a presidente.