“Cuando Néstor Kirchner era presidente tenían una estrategia de relación política muy particular. En público te desafiaba y te subía al ring, pero en privado negociaba y hasta se disculpaba. Era su forma de mantener el diálogo abierto con los opositores y tener calmados a los propios al mismo tiempo”. Esa frase, que dice de forma asidua uno de los funcionarios más cercanos al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, sirve para entender lo que sucedió el viernes pasado con los anuncios separados de extensión de la cuarentena como consecuencia de la pandemia del coronavirus (Covid-19) que tuvieron al presidente Alberto Fernández y al alcalde porteño en veredas opuestas.
Si bien las diferencias entre ambos existen y hay un quiebre en la relación como consecuencia de la negativa de la Nació a habilitar el regreso a clases de 6.500 chicos que no tuvieron relación con la escuela desde la interrupción presencial de las clases, la decisión de no aparecer juntos el viernes tuvo más que ver más con un mensaje hacia dentro de las respectivas coaliciones (Frente de Todos y Juntos por el Cambio) que una pelea real.
En La Rosada siguen de cerca las reaperturas: alarma por las provincias y el caso de la Ciudad
“No se coman la versión de que estamos peleados. Hay diferencias claramente, pero esto nos sirve a todos”, le dijo a este medio una de las personas de consulta diaria con el alcalde porteño. La frase fue ratificada por una alta fuente de Olivos, que confirmó la misma situación. Prueba de ello es además el impulso mediático por parte de Fernández a la baja de la coparticipación en la Ciudad que comenzó el viernes. En la Casa Rosada remarcan que con la pandemia y la caída en la reanudación no hay margen hoy en día para ninguna jurisdicción y aceptan que una discusión por la coparticipación sería complicada de avanzar sobre todo de cara a las elecciones.
Una pequeña cuestión que vale la pena aclarar es que para hacer cualquier tipo de modificación en la ley de coparticipación federal es necesario que todas las jurisdicciones (las 23 provincias y la Ciudad) estén de acuerdo en hacerlo. Así lo marca la ley. Si se tiene en cuenta que las provincias que más aportan en coparticipación, y en donde el impacto de la cuarentena fue mayor que en el resto debido a que dependen mucho del tributo a los Ingresos Brutos, fueron distritos en donde el Presidente perdió en las pasadas elecciones no habría margen para avanzar.
Algo similar sucedió hace más de un mes cuando, en el medio de tensiones internas en el Frente de Todos, una funcionaria de mucho diálogo con los gobernadores deslizó en una entrevista la posibilidad de que se avance en plena pandemia con el recorte de de los fondos coparticipables a la Ciudad. A los pocos días se anunció el proyecto de reforma judicial en el que se establece la transferencia de la Justicia ordinaria a la Ciudad.
Más competencias, igual a más fondos coparticipables para transferirse. Algo que establece la ley Cafiero. “No es momento para ponerse a pelear realmente por esto”, sintetizó uno de los ministros más cercanos a Rodríguez Larreta.
Es que el alcalde porteño también tiene que empezar a mandar señales para dentro de su propio espacio. La reaparición del ex presidente Mauricio Macri generó tsunami dentro de Juntos por el Cambio en momentos en los que Rodríguez Larreta quiere tener todo encaminado para erguirse como uno de los dos o tres referentes con chances reales de disputar la candidatura presidencial en la oposición.
Un Macri en el centro de la escena complica su estrategia de contención de los más radicales dentro de ese espacio. El entendimiento con la ex ministra de Seguridad y actual presidenta del PRO, Patricia Bullrich, se tensiona cuando Macri habilita las conductas a lo extremos. “Los que están en la gestión necesitan que los que están fuera digan lo que ellos no pueden. Por eso tiene que haber una coordinación”, remarcaban desde la mesa nacional de Juntos por el Cambio.
La declaraciones de Rodríguez Larreta sobre la reforma judicial, que fue un compendio de frases que ya había dicho en otras ocasiones, fueron el primer capítulo de la saga para contener a las bases del macrismo. Luego llegó el encuentro del viernes en donde se terminó de acordar los anuncios por separado.
Construcción y restós al aire libre: la letra chica de la nueva apertura en la Ciudad
Ese día si bien nadie lo admitirá en público, hubo algunos reclamos sobre la situación del regreso a clases en la Ciudad. La última palabra la tuvo Rodríguez Larreta, que le dijo a Fernández que la próxima vez que le rechacen una propuesta por motivos sanitarios, tendría que estar la firma del ministro de Salud, Ginés González García.