14 Septiembre de 2017 10:25
Corría la madrugada del lunes 19 de enero de 2015 y Cristina Kirchner comenzaba a afrontar el día más álgido de sus ocho años en el poder. El fiscal Alberto Nisman, el mismo que por la tarde debía asistir al Congreso para presentar ante la Comisión de Legislación Penal pruebas de su denuncia contra la ex presidenta y Héctor Timerman, fue encontrado muerto, sobre un charco de sangre, en el departamento que alquilaba en Puerto Madero.
La ex presidenta habló por primera vez de manera oficial ocho días después de la muerte.
Ese mismo día, Cristina apeló a su cuenta de Facebook para publicar una carta en la que instaló de inmediato la teoría del suicidio con una llamativa frase: “La muerte de una persona siempre causa dolor y pérdida entre sus seres queridos, y consternación en el resto. El suicidio provoca, además, en todos los casos, primero: estupor, y después: interrogantes. ¿Qué fue lo que llevó a una persona a tomar la terrible decisión de quitarse la vida?”.
El fiscal debía presentarse un día después ante el Congreso para aportar pruebas de su denuncia contra CFK.
Un párrafo después, la ex mandataria volvió a hablar del suicidio, aunque ahora con signos de pregunta: “En el caso del ¿suicidio? del fiscal a cargo de la causa AMIA, Alberto Nisman, no sólo hay estupor e interrogantes, sino que además una historia demasiado larga, demasiado pesada, demasiado dura, y por sobre todas las cosas, muy sórdida: la tragedia del atentado terrorista más grande que se produjo en la Argentina”.
Nisman también apuntó contra el ex canciller, Héctor Timerman.
En un segundo posteo en Facebook y luego de recibir fuertes críticas, la ex presidenta aclaró: "Los espías que no eran espías. Los interrogantes que se convierten en certeza. El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio". Fue la primera vez que apuntó de modo directo contra el ex director de la SIDE, el mismo que había despedido sólo un mes antes de la Secretaría de Inteligencia.
Los acusó de encubrir a Irán en el marco de la investigación por el atentado a la AMIA.
“Si Stiuso era el que le daba toda la información que Nisman pedía y tenía, es más que evidente que fue el propio Stiuso el que le dijo (¿o le escribió?) que Bogado e Yrimia eran agentes de Inteligencia. ¿Es posible que se haya olvidado que él mismo lo había denunciado en noviembre del año pasado y se había iniciado causa judicial? ¿No consultó con la oficina de Recursos Humanos?”.
Cristina apuntó contra Stiuso. Un mes antes lo había despedido de la ex SIDE.
El 27 de enero, luego de ocho días de silencio, Cristina dio una cadena nacional desde Olivos. Fue su primer mensaje oficial sobre el caso que, por ese entonces, amenazaba con hacer tambalear su presidencia. Se mostró vestida de blanco y en silla de ruedas: el 27 de diciembre se había fracturado su tobillo izquierdo en su casa de Río Gallegos. Arremetió contra Diego Lagomarsino, descalificó la denuncia de Nisman, instaló la teoría del “vuelto político” por haber descabezado a la Secretaría de Inteligencia y anunció la disolución de la cartera.
Las definiciones más fuertes de Cristina a sólo ocho días de la muerte de Nisman
Sobre su primer posteo en el que hizo alusión al presunto suicidio del fiscal: “A propósito de esas dos cartas, se intentó decir que en la segunda había cambiado de opinión respecto de la muerte del fiscal Nisman. Porque decían que en la primera había afirmado que era un suicidio y en la segunda decía que no. Con una lectura rápida se ve claramente que en la segunda carta, en el primer párrafo, cuando me refiero concretamente al caso del fiscal Nisman pongo suicidio entre signos de interrogación”.
Cristina calificó a Lagomarsino de "opositor".
La figura de Lagomarsino y su vínculo con el Grupo Clarín: “La última persona que lo vio con vida, que habló con él, que era de su íntima confianza y que concurría asiduamente al departamento es la que le da su propia arma. Esta persona, además, es un feroz opositor al Gobierno. También pudimos enterarnos de que esta persona es el hermano de un importante ejecutivo del estudio Sáenz Valiente, socio del Grupo Clarín”.
María Cecilia Rodríguez, la ex ministra de Seguridad que le dio la noticia a Cristina.
Cómo tomó conocimiento de la muerte del fiscal: “Yo me enteré de que algo estaba sucediendo, no de la muerte del fiscal Nisman, el lunes a la madrugada. Exactamente a las cero treinta horas cuando se comunica conmigo la ministra de Seguridad (María Cecilia Rodríguez) y me dice: 'Perdone presidenta que la moleste a estas horas, pero tengo que informarle que ha sucedido un incidente en el departamento del fiscal Nisman. Está la madre, el juez y están esperando que llegue el fiscal. Hay en el baño un charco de sangre que sale por debajo de la puerta y se ve un dedo'”.
Polémica: Berni llegó al departamento de Nisman antes que la fiscal.
Su reacción frente a la noticia: “Primero pensé que era un chiste y le dije: 'María Cecilia, ¿me estás tomando en serio o me estás hablando en serio?'. Ella me respondió: “No doctora, le estoy diciendo la verdad. No sabemos quién está del otro lado (de la puerta) porque el juez no quiere entrar hasta que no llegue la fiscal'. Le dije: 'Pero cómo puede ser, el juez puede entrar. Puede haber una persona lastimada'. Recién me confirman aproximadamente a las tres de la mañana que era el cuerpo del fiscal Nisman el que estaba en un charco de sangre. A esa hora se enteró la presidenta de la república de este desgraciado suceso”.
Sobre los cuestionamientos políticos: “A mí no me van a extorsionar, no me van a intimidar. No les tengo miedo. Que digan lo que quieran. Que hagan las denuncias que quieran. Pero no me van a hacer mover un centímetro de lo que siempre he pensado”.
En su discurso, Cristina comparó la muerte de Nisman con el asesinato de Mariano Ferreyra.
La denuncia de Nisman: “No hay un sólo abogado que pueda creer que haya sido escrita por un abogado y menos por un fiscal. Es absurda. Una serie de denuncias de lo más insólitas contra esta Presidenta comienzan a sucederse con un ritmo de vértigo con la complicidad de un grupo de fiscales, jueces, periodistas. Se empezó a hacer desde algunas oficinas del propio Estado nacional”.
La posición de la Justicia: “En este caso tiene un gran desafío, como lo tuvo cuando se produjo el asesinato de Mariano Ferreyra: demostrar que es posible encontrar a quien mató a alguien, que es posible enjuiciarlo con los jueces de la Constitución, condenarlo de acuerdo con lo que prescribe nuestro Código Penal y reconstruir la confianza de todos los argentinos en su Poder Judicial”.
El fiscal tenía dos hijas: Kala y Lara.
La presunta designación en la Unidad Especial por parte de Néstor Kirchner: “Fue designado por la Procuración, a cargo de Esteban Righi. De ninguna manera dependió del Poder Ejecutivo”.
Sandra Arroyo Salgado siempre apoyó la teoría del asesinato.
Por último la ex mandataria anunció el envío al Congreso de un proyecto para reformar el sistema de inteligencia del país. El mismo que sólo dos meses después dio lugar a la fundación de la Agencia Federal de Inteligencia.