La detención del secretario general de la delegación de la Uocra de Bahía Blanca, Humberto Monteros, no tomó de sorpresa a las autoridades de la provincia de Buenos Aires. En septiembre pasado, la gobernadora María Eugenia Vidal visitó la ciudad y apuntó contra ese gremio, al cual tildó de corrupto. El gremialista está acusado de ser el presunto jefe de una asociación ilícita que se dedicaba a extorsionar a empresarios.
"Hoy tenemos cuatro rutas en obras que están paradas porque se exige que se contrate determinadas empresas de catering, de transporte y de otros servicios por parte del gremio", dijo Vidal en su visita a Bahía Blanca en septiembre de 2017.
Por entonces, la Gobernadora estaba preocupada por la falta de avances en las obras de las rutas 51, que une Ramallo con Bahía Blanca, y 60, que enlaza la ruta nacional 33 con La Pampa, ambas paralizadas por conflictos con la Uocra de Bahía Blanca.
Vidal tildó de corrupta a la UOCRA.
"Piden una remuneración que no estaba en el convenio. En un acto que claramente es corrupto. Un sindicato no puede obligar a una empresa a contratar a determinados proveedores, porque entonces tengo que pensar que no está pensando en lo mejor para los trabajadores sino en un negocio propio", arremetió Vidal contra José Burgos, por entonces titular de la Uocra de esa ciudad.
El intendente de Bahía Blanca, Héctor Gay, comparaba la situación en la ciudad con la reciente detención del ex líder de la Uocra de La Plata Juan Pablo "Pata" Medina. "Acá hay aprietes e intentos de extorsión similares a los de La Plata. Es pesado. Se desmadró". Y agregó que tanto Monteros como José Burgos, ex número uno del sindicato en la ciudad bahiense, "exigen la contratación de catering, traslados y baños".