Arden los mercados. Pese al veranito del Gobierno después de que se aprobara en el Senado la Ley Bases, Javier Milei enfrenta una dura jornada financiera. Y es que, pese a que él mismo calificó de "imbéciles" a quienes señalan el retraso cambiario, el dólar picó en punta y alcanzó los $1.330 en la City porteña.
La disparada de la divisa estadounidense se dio después de que el Fondo Monetario Internacional publicara su último Staff Level Agreement, en el que le exigió a la Argentina una nueva devaluación del tipo de cambio.
"Es falso, es falso", esquivó Milei desde la República Checa, en una entrevista con Radio Mitre. "El ministro Caputo explicó que cuando se lee correctamente el informe no señala eso", intentó justificar el libertario.
El miércoles de la semana pasada -antes del fin de semana largo-, el Banco Central debió vender US$156 millones para controlar la disparada, por lo que las reservas brutas quedaron en US$29.944 millones. Pero nada de eso resultó y la brecha con el dólar oficial hoy es del 42%, pico histórico en la era Milei.
"Hay economistas que para justificar y lavar sus errores hacen argumentaciones poco felices, que hablan más de lo que quieren que pase de lo que verdaderamente tiene que ocurrir. Hay sectores a los que les conviene que haya salarios en dólares bajos y más pobes y más indigentes. Nosotros creemos que funciona desde otra manera la situación", esquivó.
Pese a la dura postal del mercado, el presidente insistió: "El problema argentino no es monetario, es un problema de competitividad y eso no se arregla devaluando. Son imbéciles los que dicen que el tipo de cambio está atrasado y que hay que devaluar".
"Una devaluación lo único que va a hacer es distorsionar la señal de precios, hacer caer brutalmente los salarios en dólares, generar pobres e indigentes y no termina de arreglar el problema", reforzó Milei, quien todavía aguarda que el agro liquide los 14 mil millones de la cosecha, mientras Caputo sigue buscando alternativas de financiamiento para hacerse de dólares.