09 Enero de 2018 09:35
La agrupación "
Hijxs
y ex
Hijxs
de
Genocidas
" participó recientemente de manera activa a las marchas en reclamo de cárcel común, así como a los
escraches
en Mar del Plata y Mar de Ajó a los represores
Miguel Etchecolatz
y
Norberto Bianco
-ambos con prisión domiciliaria.
La creación de un organismo de Derechos Humanos integrado por familiares directos de asesinos de una dictadura -que llama a la reflexión sobre los crímenes de esta y se suma a la demanda colectiva de Justicia-
no sólo no tiene precedentes en la Argentina sino que probablemente no los tenga en el mundo. "Para nosotros no se trata de nuestros padres, hemos atravesado esa valla", dicen en un poderoso comunicado estas personas que quieren construir para sí y para los demás un destino bien diferente al de quienes los trajeron a este mundo. Aquí, el texto completo:
Hijos e hijas de genocidas, un inesperado organismo de Derechos Humanos.
¿Quiénes somos?
Esta configuración que hoy nos encuentra juntxs, se dio de un modo anti-natural y absolutamente colectivo (la naturaleza no tiene que ver en esto, ya que se trata de lo humano, lo más cruento de lo humano, la cara ominosa de la moneda) nos acercó la potencia de nuestras historias, lo más íntimo e inenarrable que de ellas se desprende.
Ese centro desconocido pero vivenciado por quienes hoy estamos haciendo el ejercicio de nombrarnos, de denominarnxs, de elegirnos un nombre tiene como antecedente una experiencia previa más fuerte que hemos llevado a cabo durante décadas de un modo muy solitario. Es a posteriori que nos damos cuenta de lo potente de cada construcción subjetiva más allá de un progenitxr.
Hemos experienciado y atravesado miedos, traumas, silencios y dolores, síntomas más o menos evidentes que se entrelazaron con lo cotidiano.
Cada uno de nosotrxs forjó tempranamente la más propia historia y una subjetividad ética que nxs ha permitido, desde diversas acciones y posiciones, entramarnos en lo colectivo con ese sentimiento vital acerca del Otro.
Eso nos hace armar esta acción colectiva en nuestro fuero íntimo sabemos muy bien de qué se trata, desde lo más profundo, tal vez como nadie más. Ese es nuestro naciente rasgo distintivo: que sabemos desde las entrañas de quiénes estamos hablando.
Para nosotros no se trata de nuestros padres, hemos atravesado esa valla. Con insondable dolor también sabemos que pudimos hacer algo, que somos otra cosa.
Hijxs y ex hijxs de genocidas.