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El efecto "expectativa": la diferencia clave entre el plan de vacunación de Kicillof y Larreta

Por qué las campañas son distintas y la puja con tinte político, detrás de la organización.

por Manuela Fernandez Mendy

27 Enero de 2021 09:05
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El pasado martes 29 de diciembre, sólo cinco días después del arribo de las primeras 300 mil dosis de la Sputnik V al país, Juliana Torquiati se convirtió en la primera persona en ser vacunada contra el Covid-19 en la Argentina. La foto de la enfermera del hospital San Martín de La Plata fue la postal política con la que se dio inicio a la campaña de vacunación más importante de la historia. Si bien el puntapié fue en territorio bonaerense, la distribución fue federal y cada provincia quedó a cargo de la logística de inoculación de su población. El AMBA y el efecto "expectativa" que marcó una diferencia entre Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta.

La distribución federal de las dosis que fueron llegado en los vuelos de Aerolíneas Argentinas tuvo como principal variable la población de riesgo y la cantidad de personal sanitario de cada distrito. De la primera tanda, la provincia de Buenos Aires recibió 123 mil dosis, mientras que el paquete de la Ciudad fue de 24.300. En ambos casos hubo que descartar algunas dosis por rotura de cadena de frío -como sucedió en el municipio de Olavarría- o por daños en los envases.

"En el caso de la Ciudad, hubo que descartar sólo 102 dosis por distintos motivos menores. Un frasco rayado o mal envansado, nada de gravedad", reconocen desde la cartera sanitara porteña en diálogo con BigBang, al tiempo que advierten que en lo que va del primer mes de vacunación ya se cumplió con la aplicación de la mayoría de las dosis recibidas a finales de diciembre: "El ritmo de vacunación depende de la cantidad de dosis que consiga Nación y son ellos quienes establecieron las etapas, con prioridad en el personal sanitario".

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El universo a inocular en la provincia de Buenos Aires es mayor y presenta dificultades territoriales. De acuerdo a los datos oficiales de la cartera sanitaria bonaerense, Kicillof deberá vacunar a más de un tercio de la población total de la provincia en esta primera etapa: en total, son seis millones de personas entre personal de salud (60 mil), mayores de 60 años, policías (cien mil), docentes y mayores de 18 años con factores de riesgo.

"La vacunación en provincia implica una logística mucho más compleja que la de la Ciudad, que ya cuenta con otra infraestructura. Además, estamos hablando de casi 20 millones de habitantes contra tres. A esto se le suma la distribución por municipios y la participación de los intendentes. Estamos hablando de dos universos absolutamente distintos. La Ciudad es el distrito más rico del país. Hay lugares de la provincia en los que el abandono es tal, que ni siquiera contamos con una salita sanitaria", advierten desde la gobernación bonaerense.

En la Ciudad, el panorama es distinto y el objetivo para este año de vacunación apenas supera el millón de personas. "Contamos con 18 hospitales públicos y 20 privados, en los que al día de hoy ya se está terminando de vacunar a todo su personal. Lo que estamos haciendo ahora es anticiparnos a la segunda etapa, firmando convenios con clubes que se van a convertir en postas de vacunar. En total, vamos a tener entre 180 y 200 puestos de vacunación. No tenemos problemas de infraestructura", reconocen.

La dificultad que sí advierten desde la mesa chica de Rodríguez Larreta es la incertidumbre sobre la llegada de las nuevas dosis. Algo que también le ocurre a Kicillof y al resto de los gobernadores. "El Gobierno trabaja contrarreloj no sólo para garantizar las dosis de la Sputnik, sino para terminar de cerrar los acuerdos con el resto de los laboratorios. Hay una disputa mundial por las vacunas y la Argentina está haciendo todo lo posible para asegurar la mayor cantidad posible. El objetivo es llegar al invierno con la mayor cantidad de población inmunizada", señalan desde Casa Rosada.

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El plan en Casa Rosada es ambicioso. Esperan la llegada de millones de dosis de Sinopharm -después de que se destrabaron las empantanadas negociaciones con la República Popular China, con cambio de embajador de por medio-, sigue el diálogo con Pfizer -pese a que no está pudiendo cumplir con sus acuerdos existentes, en carpeta también está Moderna y la expectativa está también puesta en las 22,4 millones de dosis de la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y la compañía AstraZeneca.

"Fuimos avanzando en la logística, a la espera de la llegada de las vacunas. El Gobierno de la Ciudad preparó el terreno para poder enfrentar una vacunación masiva, sin tener conocimiento sobre cuándo podrían llegar. Lo que hicimos fue anticiparnos y tener todo preparado para su llegada", señalan desde la Ciudad. La provincia hizo lo mismo, pero tomó una decisión diferenciada: habilitó una página Web y creó una aplicación para que la "población general" pueda solicitar su turno.

La decisión no fue casual. "La provincia es extensa. Estamos hablando de la más grande del país, con más de 300 mil kilómetros cuadrados de territorio. Los turnos no sólo nos permiten contabilizar de forma más directa las dosis que tenemos que anticipar para cada distrito, sino que además expone que hay voluntad de inocularse. La mayoría de las personas se quieren vacunar".

¿Por qué la Ciudad no estableció un sistema de turnos para el resto de la población? La respuesta también tiene un fundamento "político". "No queremos generar una expectativa, cuando todavía no tenemos certezas en torno a la cantidad de dosis que vamos a recibir, ni cuándo llegarán. Lo que queremos es lanzar la solicitud online cuando el vecino pueda ingresar sus datos y terminar el trámite con un día, horario y lugar específico de vacunación. Son criterios distintos, ambos respetables", se diferencian desde el territorio porteño.

La diferencia simbólica quedó de manifiesto después de que Kicillof se convirtió en el primer gobernador en vacunarse, mientras que desde la jefatura porteña todavía ni siquiera hay planes de hacerlo. Así, mientras las primeras líneas provinciales y nacionales ya se inocularon, en Uspallata todavía miran con recelo a la Sputnik V, en línea con la fuerte interna que desató dentro de Juntos por el Cambio el acuerdo comercial con Rusia.

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