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El enigmático viaje de Michetti a Roma para ver a Francisco

La vicepresidenta viajó en carácter de titular del Senado. Hacía mucho tiempo que estaba pendiente de este encuentro.

por Bruno Yacono Alarcón

16 Noviembre de 2016 18:04
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No dio aviso a ninguno de sus colaboradores más cercanos. Tan pronto como recibió la noticia de que el Papa la recibiría el jueves 17 en el Vaticano, Gabriela Michetti partió en el primer vuelo hacia Roma.

Michetti y Francisco, mantendrán un encuentro privado después de años. 

El viaje es tan secreto como los temas que la vicepresidente tratará con el Sumo Pontífice. Es que su paso por el Vaticano no tendría ningún rótulo “oficial”, más allá de que lo hace como presidenta del Senado. Incluso solo viajó con su custodia personal. Ni siquiera la acompañó su pareja, Juan Tonelli. Lo único confirmado es el regalo que la funcionaria le entregará al Papa: una Virgen tallada en madera y pintada por un artesano.

“Es un viaje personal”, arriesgaban algunos. En el círculo íntimo de Michetti, sin embargo, refieren a que el encuentro se arregló cuando se vieron a principio de año y que se fue dilatando porque primero debía ver al presidente. Por otro lado, el periplo lo realiza como presidente del Senado argentino.

La pregunta es si la funcionaria visitará al Papa, su histórico confesor, como una “visita espiritual” o si llevará consigo, como algunos especulan, la preocupación por la causa en la cual se investiga el origen del dinero robado en su casa del barrio porteño de Balvanera, en noviembre de 2015. Fuentes de milimétrica cercanía con la funcionaria lo desmienten rotundamente. "Son burdas especulaciones. Ella está muy tranquila con ese tema", aseguraron.

Bergoglio fue el histórico confesor de Michetti.

El vínculo entre Michetti y Francisco data de años. Jorge Bergoglio es su histórico confesor, la persona que conoce de propia boca de la vicepresidenta sus penas y alegrías, tal vez, más intimas. Su designación en el Vaticano los alejó, aunque nunca dejaron de estar en contacto. “Suelen hablar por teléfono en alguna que otra oportunidad”, cuentan allegados a la funcionaria.

La última vez que compartieron un encuentro a solas fue en 2012, aunque el destino los volvió a reunir en enero de este año, cuando transitaban los primeros días de Cambiemos en el poder. En aquel entonces Michetti y el Sumo Pontífice se cruzaron de forma esporádica en la Plaza San Pedro, aunque unos pocos segundos bastaron para que la vicepresidenta le manifestara su intención de volver a encontrarse.

Michetti, de histórica formación católica, junto a su pareja, Juan Tonelli.

Ambos coincidieron en que no era el momento oportuno: aún Macri no había sido convocado por el Sumo Pontífice y los rumores de una mala relación entre ambos estaban en su punto más álgido. Michetti le prometió que no pediría audiencia aunque si le manifestó que aguardaría con ansias la invitación. Diez meses después, el teléfono de la funcionaria recibiría la noticia más esperada.

Bergoglio fue su mentor, Michetti es muy católica y siempre dijo que no quería ir a hacer un “tour” con el Papa. Este viaje tiene que ver con su fuero íntimo, recargar energías y renovar su fe, no está vinculado con la política o la causa”, cuenta una fuente íntima de la vicepresidenta que pidió reserva. Es que desde vicepresidencia aseguran que la causa ya no preocupa a la funcionaria. 

Sin embargo, entre tanto secretismo, no se descarta que Michetti pueda transmitirle su preocupación al Sumo Pontífice por la investigación sobre el dinero robado de su propiedad, cuyo origen está en la mira de la Justicia. Desde su entorno desecharon la especulación rotundamente. Bergoglio, claro está, quizá le preguntará por la cuestión.  

Dos semanas atrás, Michetti emprendió una gira por Medio Oriente.

Lo cierto es que ni el cansancio por su gira de más de 10 días en Medio Oriente, en un viaje oficial en búsqueda de inversiones, la detuvo. Armó sus valijas y partió en un vuelo de Alitalia hacia Roma. Ante la consulta de BigBang, nadie logró responder con qué fondos se pagaron los pasajes, ya que su paso por Italia no se trata de un viaje “oficial”. Serán cuestiones que deberá responder una vez que regresa al país, un día después de su visita al Vaticano. En estos momentos sólo puede pensar en su encuentro con Francisco.

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