Las secuelas de la reunión que mantuvieron el precandidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández, junto con el también precandidato de ese espacio a gobernador en la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, con los intendentes peronistas todavía distan de cerrarse. Es que a poco más de 20 días para las PASO hay preocupación por el denominado “factor Y”.
Tal y como publicó BigBang en diversas ocasiones, las primarias tomaron una relevancia diferente a lo que se esperaba debido a que la polarización entre Fernández y el presidente Mauricio Macri podría llevarse hasta el 85% de la totalidad de los votos. En ese escenario, en donde por matemática pura cualquiera de los dos puede imponerse en primera vuelta en octubre, comienzan a aparecer las primeras preocupaciones.
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El mensaje de los intendentes la semana pasada fue claro; la boleta en la provincia tiene tres cuerpos. El primero es el nacional, presidente, vice y candidatos a diputados, en donde la presencia de la ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, hace que se levante la intención de voto.
Luego viene el segundo cuerpo de candidatos provinciales (gobernador, vice y legisladores) en donde Kicillof “tira para abajo” en la intención de voto; por último está el tercero que es el de los intendentes en donde, como consecuencia de la gestión local en la mayoría de los casos (hay excepciones) se vuelve a subir la intención. Si se unen las tres líneas se forma una “Y”.
El miedo de muchos intendentes es que el corte de boleta, siempre se habla de tres puntos, puede llegar a venir desde el segundo cuerpo para adelante. “Es muy difícil que alguien corte tanto; lo que también es un problema”, se sinceró uno de los presentes.
Es muy difícil que alguien corte tanto; lo que también es un problema", sostuvo uno de los intendentes preocupados.
Justamente fueron los propios jefes comunales los que, preocupados por la situación, directamente preguntaron qué necesitaba Kicillof para poder repuntar en cada distrito. “Todo muy lindo con la unidad, pero mi objetivo primero es renovar”, agregó uno de los intendentes de la tercera sección electoral.
Alberto entendió buena parte del mensaje y sabe, según explican en su entorno, que tanto intendentes como gobernadores si ven que la distancia con el oficialismo es pequeña podrían “apoyarlo pero no apoyarlo” en su campaña después de las PASO.
Vidal aguarda pero también se preocupa
En ese escenario la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, aguarda y espera. El viernes en Olavarria, junto a Macri, charló brevemente sobre esta situación. Su jefe de Gabinete, Federico Salvai, y el subsecretario de Asuntos Municipales, Alex Campbell, saben que la tijera se guarda hasta octubre.
“Si la distancia es corta, la forma de hablar con los intendentes va a ser otra. Mucho más directa porque vamos a tener otro peso nosotros”, sostuvieron cerca de Vidal. Sin embargo no todo es color de rosa para la gobernadora y sus armadores.
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Es que de cara a las PASO varios de los intendentes del oficialismo, y sobre todo en el conurbano bonaerense, fueron a pedir permiso para poder usar el corte de boleta. Es decir que le pidieron a Vidal que los deje ir también con la boleta de Kicillof y Fernández.“No le podemos decir nada. Ellos tienen que cuidar lo suyo también”, afirmó una alta fuente oficial que confirmó la existencia de las charlas.