Sos un inmoral".
La corta, aunque contundente frase, fue lanzada por Alberto Fernández ni bien comenzó el primer intervalo durante el debate presidencial. El destinatario era ni más ni menos que el presidente Mauricio Macri, que le había reprochado por la alusión del candidato del Frente de Todos a las denuncias por corrupción en las que estaba involucrado su padre: “¿No vio lo que pasaba en su familia? ¿Usted en el clan Macri no vio la corrupción en la obra pública?”, disparó irónico el ex jefe de Gabinete.
El tenso diálogo tras bambalinas en plena pausa del debate fue confirmado a BigBang por una fuente cercana al presidente y por otra del entorno de Fernández. Macri no había ocultado su fastidio unos instantes antes, cuando en sus treinta segundos para responder aseguró que era “de mal gusto” la alusión del candidato del Frente de Todos porque mencionaba a “una persona que no se puede defender”. Fuera del escenario, el mandatario lo volvió a reprochar por sus dichos.
TOS, FAMILIA Y UN SALUDO FRIO Y DISTANTE
El último debate presidencial antes de las elecciones del próximo domingo tuvo un lado B que no se vio en la pautada transmisión oficial, cronometrada hasta el último detalle. Con menos acción que la semana pasada en la provincia de Santa Fe, los cruces entre Macri y Alberto Fernández parecían obvios, teniendo en cuenta los ejes que se abordarían: rol del Estado (el presidente apuntó a las denuncias por corrupción en la era K) y producción y empleo (Fernández apeló a la dura crisis económica y hubo algún destello de Roberto Lavagna al hablar de pobreza).En la previa, los objetivos de ambos eran claros: Alberto salió a reafirmar su postura crítica al gobierno, sin estridencias que puedan restarle votos. Macri apuntó al kirchnerismo para apuntalar su núcleo duro y captar indecisos: le recordó al ex jefe de gabinete la intervención del INDEC y le habló hasta de la importación de efedrina.
El auditorio de la Facultad de Derecho estuvo repleto. Tal como reclamó la organización, los invitados debían permanecer en absoluto silencio. Tal vez por eso resaltó más la tos que Alberto no pudo ocultar en tres o cuatro ocasiones. Las cámaras no lo captaban, pero el candidato del Frente de Todos sonrió en dos ocasiones: cuando Nicolás Del Caño dijo que los jueces se habían “reperfilado” y cuando Macri recordó una frase sobre Cristina Kirchner que Fernández pronunció esta semana. Cada vez que Macri hablaba, Alberto, a su lado, lo miraba con especial atención. En cambio, cuando hablaba Alberto, Macri cruzaba los brazos o miraba hacia abajo.
En las primeras filas se ubicaron los familiares y el núcleo más íntimo de cada uno de los candidatos. En el caso de Macri estuvo presente la primera dama, Juliana Awada; sentada muy cerca del jefe de Gabinete, Marcos Peña, el secretario de Presidencia, Fernando De Andreis y el asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba, que a pesar de su bajísimo perfil dijo presente. Delante de todo estuvieron algunos gobernadores peronistas como Sergio Uñac y Juan Manzur, pero el que más resaltó fue León Arslanian, ex ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación y de la Provincia, cercano a Fernández.
Apenas una fila atrás estaba la pareja de Fernández, Fabiola Yañez, sentada justo al lado de Santiago Cafiero, jefe de campaña de Alberto y a quien muchos ven como un posible jefe de Gabinete en caso de que la fórmula Fernández-Fernández se imponga el próximo domingo 27 de octubre. En el centro, también invitadas especiales, estuvieron la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, junto a Taty Almeida, de Madres, apenas a unos metros de Miguel Pichetto, que entró apenas instantes antes de que comience la transmisión. Unas filas para atrás, Felipe Solá y Victoria Donda; y a unos metros Juan Cabandié, Fernando “Chino” Navarro, Martín Insaurralde y Fernando “Pino” Solanas, quien además de seguir con atención el debate prestaba atención a su teléfono celular.
Juan José Gómez Centurión llevó a buena parte de la familia, que también siguió el debate en primera fila. En el caso de Nicolás Del Caño, la plana mayor del Frente de Izquierda y los Trabajadores llegó a la Facultad de Derecho bien temprano y resaltaban el momento de silencio del candidato la semana pasada al referirse a Ecuador, habiendo pasado siete días y en medio de la fuerte crisis que sacude a Chile.
José Luis Espert tuvo un momento que generó algunos murmullos, cuando le recomendó a Fernández y Macri que se “abracen”: “Viendo cómo se tiran misiles entre ellos, me da gracia. Tan diferentes no son, abrácense”, dijo el economista candidato, que tras el debate le dijo a BigBang que “son muy parecidos en muchas cosas”, y agregó: “Se van rotando, el kirchnerismo nos dejó en brazos del macrismo y el macrismo en brazos del macrismo”. “Son dos gobiernos con grandes sospechas de corrupción”.
En el gran auditorio, además, estuvieron presentes decenas de empresarios que fueron invitados especiales, entre ellos Martín Cabrales, de la firma de café (que además fue la encargada de servir bebida en la previa), Daniel Hadad, Daniel Vila, el presidente de Fíat Cristiano Ratazzi (que esta semana dijo que votaría a Fernández) y algunos empresarios PyMES.
Al finalizar el debate, en los equipos de todos partidos deslizaban una conclusión similar: "El debate lo ganamos nosotros". Cerca de Macri destacaban haber hecho un fuerte hincapié en las denuncias por corrupción, mientras que en el entorno de Alberto apuntaban a su exposición sobre producción, vivienda y medio ambiente.
BAJA TENSIÓN, EMPRESARIOS Y LA EXPECTATIVA DE MACRI
Más allá de algunos cruces esperables, el segundo debate presidencial tampoco reflejó un gran intercambio entre los seis candidatos a presidente. Gómez Centurión volvió a tener dificultades con los tiempos - él mismo hizo alusión al principio - y Lavagna no logró despegar del todo. Sobre el final, Macri se entusiasmó con la idea del balotaje, y resaltó que en tres semanas volverían a debatir.Sobre el final, y con la tensión pre-electoral a flor de piel, a muchos no les sorprendió que Macri y Fernández ni siquiera se dieran la mano, como sí lo hicieron con el resto de los candidatos, incluso a pesar de haber quedado uno al lado del otro para la foto final: una semana atrás, en Santa Fe, ocurrió algo similar.