El Gobierno de Mauricio Macri insiste. El plan del Ejecutivo es avanzar antes de fin de año con la sanción de la ley de Reforma Electoral, que abrió un intenso debate durante las últimas semanas, respecto a la implementación de la Boleta Única Electrónica, como pretende el oficialismo, idea que generó rechazo dentro del Frente para la Victoria.
Fue el secretario de Asuntos Políticos e Institucionales del Ministerio del Interior, Adrián Pérez, quien le puso un ultimátum a la situación. El funcionario que diseñó gran parte de la reforma fue tajante: “Se va a aprobar en diciembre”. Hasta semanas atrás, el objetivo del oficialismo era aprobarla antes que finalice el período de sesiones ordinarias.
El macrismo quiere aprobar el proyecto antes de fin de año.
Ahora, las declaraciones de Pérez reconfirman que el Ejecutivo podría convocar a sesiones extraordinarias para el mes que viene. “Nosotros habíamos previsto que la ley tuviera sanción en octubre para llegar bien (a las elecciones legislativas de 2017)”, remarcó el funcionario a radio Uno.
Ocurre que el proyecto se encuentra paralizado en la comisión de Asuntos Constitucionales, que preside el senador kirchnerista Marcelo Fuentes, quien rechazó con dureza la implementación de un conteo digital, incluso cuestionó que las boletas incluyan un chip o dispositivo electrónico. En el kirchnerismo hubo críticas hacia la iniciativa que bajó desde la Casa Rosada, incluso llevaron expertos en seguridad informática, derecho constitucional y en elecciones a las reuniones de comisión para rechazar el proyecto.
El senador Marcelo Fuentes criticó el voto electrónico.
Para Pérez, la norma “se va a aprobar con una cláusula transitoria que diga que en la primera oportunidad será (el nuevo sistema de votación) para algunas provincias que hayan tenido alguna práctica”, en referencia a lo ocurrido, por ejemplo, en Salta y en la Capital Federal.
Adrián Pérez confirmó que el proyecto bajará al recinto en diciembre.
Por otra parte, el funcionario sostuvo que quienes critican el proyecto son “sectores muy tradicionales que no quieren cambiar el sistema”. “Para lo tecnológico hemos dado todas las garantías a los efectos de que esto funcione bien”, señaló Pérez. Más temprano, el diputado por Cambiemos, Pablo Tonelli, había dicho que le parecía “de mala fe” no respaldar el voto electrónico.
“Los grandes beneficiaros del actual sistema son los del Frente para la Victoria, que son los que concretan el robo de boletas”, acusó el diputado, que además sostuvo que “es evidente que no quieren un sistema moderno y transparente”. Incluso, relativizó la utilización o no de un chip: “No creo que ese sea el problema”.
Es que en el macrismo salieron a bajarle el tono a las críticas por el chip que había instalado el kirchnerismo. La semana pasada, tanto el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, como el jefe de Gabinete, Marcos Peña, aclararon que podría ser cualquier otro tipo de dispositivo, como un código QR o un código de barras.
El kirchnerismo rechaza la inclusión de un chip en la boleta única.
DEMORAS Y RETRASOS
La reforma electoral debió ser tratada en el Senado el 16 de noviembre. Sin embargo, el PJ - en todas sus variedades - rechazó el debate y se postergó. Los legisladores pretendían, antes, agotar la discusión en las comisiones. Luego, varios gobernadores se reunieron con el presidente Macri: ocho mandatarios provinciales respaldaron el proyecto.