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Política

El Gobierno porteño avanza con la compra de las pistolas Taser: llamado a licitación y viaje a Brasil

Se analiza la compra de 60 armas para usar en los subtes, en una primera etapa. Cuestan entre 1500 y 6000 dólares cada una.

05 Febrero de 2019 14:25
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El gobierno de la ciudad de Buenos Aires está dispuesto a seguir adelante con la provisión de las pistolas Taser, que emiten fuertísimas descargas eléctricas, para los agentes de la policía porteña, pese a las críticas que generó la iniciativa en dirigentes de partidos de la oposición y en organismos de defensa de los derechos humanos.

Por estas horas, una delegación de autoridades de la Policía de la Ciudad está viajando a Brasil para tomar contacto con ese armamento que ya es usado por policías del país vecino y seguir adelante con el proceso de compra, dijeron a BigBang altas fuentes del gobierno de la ciudad.

En principio, la idea de la conducción política de la policía de la ciudad, a cargo del secretario de Seguridad, Marcelo D'Alessandro, es llamar a una licitación para la compra de 60 pistolas que estarán destinadas a los efectivos que trabajan en las líneas de subte. En la actualidad hay unos 400 efectivos que brindan seguridad bajo tierra, pero no se comprará una pistola para cada uno, sino que se piensa en que sean utilizadas en forma rotativa en cada turno.

El primer paso es el uso de la Taser en el subte, en línea con lo anunciado por el gobierno nacional que dio a conocer la compra de 300 pistolas para ser utilizados por efectivos de fuerzas de seguridad federales que cumplen tareas en las líneas de ferrocarriles. Fue el propio jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien anunció semanas atrás que se avanzará en esa compra.

Después del uso de las pistolas en las línea de subte, el próximo paso será que las empiecen a usar también los policías de la ciudad que trabajan en las calles. “No se van a usar digamos para interceptar a los pungas, que habitualmente se mueven en las líneas de subte”, aclaran fuentes del gobierno porteño. Tanto bajo tierra tiene como en superficie se piensa en usarla para casos muy específicos. Por ejemplo, cuando hay que reducir a una persona que está fuera de sí por el uso de sustancias o por padecimientos psíquicos y que pueda estar armada y convertirse en un peligro para ella misma o para terceros. En esa línea en la Policía de la Ciudad recuerdan un caso en que una mujer estaba armada con una enorme cuchilla y que un agente no tuvo mejor idea para reducirla que dispararle en un pie. El policía terminó procesado por lesiones.

Un detalle no menor es que los policías no podrán llevar las dos pistolas: la Taser y la que lleva proyectiles. Hay experiencias en diversas partes del mundo en que agentes que tenían las dos armas se confundieron en un momento de crisis. Por eso, es probable cuando el proceso avance que se lleven en los patrulleros y se utilicen en circunstancias muy especiales, como se explicó antes.

El Gobierno comprará 300 pistolas Taser para que la policía las use en estaciones de tren y aeropuertos

Las Taser son pistolas no letales, es decir, en general no provocan la muerte como las armas de fuego que usan la mayoría de los policías. Emiten una descarga eléctrica en el cuerpo mediante unos cables que están conectados con el arma. La descarga produce dolor muy intenso en quien la recibe, por eso fue criticada por organismos de defensa de los derechos humanos, que la considera una forma de tortura.

Años atrás, cuando la discusión sobre el uso de las Taser alcanzó la agenda pública, Amnistía Internacional recordó que el Comité contra la Tortura de Naciones Unidas ha señalado que “el uso de las armas tipo Tasers provoca un dolor intenso, constituye una forma de tortura, y en algunos casos, puede incluso causar la muerte”.Para esa organización, el uso de las Taser viola los compromisos asumidos por los Estados en relación a la prohibición absoluta de la tortura.

El uso de las Taser en la ciudad se judicializó y el Tribunal Superior de Justicia de la ciudad avaló su uso. Cuando el tema llegó a la Corte de Suprema de Justicia en 2016, el máximo tribunal confirmó la sentencia. Se calcula que cada pistola puede tener un costo que va de los 1500 a los 6000 dólares,