El Gobierno tiene en la mira a dos jueces vinculados al kirchnerismo e instruyó a sus funcionarios para que apuren en el Consejo de la Magistratura su remoción.
Se trata de los jueces Daniel Rafecas y Eduardo Freiler, a quienes se los acusa por inacción en diversas causas judiciales por corrupción durante los gobiernos de Cristina Kirchner. La estrategia del gobierno es simple: remover a "dos peces gordos" para enviar un mensaje al resto.
Macri tiene en la mira a dos jueces kirchneristas.
En este sentido el martes en Casa Rosada tuvo lugar una reunión en la que estuvieron presentes el jefe de asesores del Presidente, José Torello; el secretario de Legal y Técnica, Pablo Clusellas; el ministro de Justicia, Germán Garavano; y el consejero de la Magistratura Juan Bautista Mahiques.
Todos coincidieron en que en primer lugar deben ir por Freiler, juez de la Sala I de la Cámara Federal denunciado por enriquecimiento ilícito y en la mira por un informe que señala que el magistrado salió del país sin avisar ni pedir licencia, según Clarín.
Freiler, denunciado por enriquecimiento ilícito.
Para removerlo deberá reunir nueve votos en el Consejo de la magistratura, cifra a la que podría llegar en el corto plazo.
En segunda instancia irán a la carga de Rafecas, complicado por la denuncia del diputado y ex vicepresidente de la DAIA Waldo Wolff por su intervención en la causa Nisman, y por haber desechado reabrir la investigación por supuesto encubrimiento a Irán.
Rafecas, en la mira por su accionar en el caso Nisman.
Algo más rezagados, pero que podrían recibir malas noticias en el corto tiempo, se encuentran la jueza de la Sala I de la Cámara de Casación Penal Ana María Figueroa y el juez federal Rodolfo Canicoba Corral.
Los caminos de Freiler y Rafecas, ahora "caídos en desgracia" por las escasas simpatías que despiertan ambos en el macrismo, se cruzaron en una oportunidad. Fue cuando Rafecas procesó al ex vicepresidente Amado Boudou por negociaciones incompatibles con su cargo y lavado de dinero en la causa de Ciccone. Los abogados de Boudou reclamaron a la Cámara Federal que se lo apartara del caso y la Cámara Federal accedió al pedido. Uno de los camaristas de entonces era, precisamente, Eduardo Freiler.