Los teléfonos y aparatos informáticos del falso abogado Marcelo D´Alessio son una una inagotable fuente de información. Con los datos que van surgiendo de los análisis surgen nuevas hipótesis en la causa por espionaje ilegal y extorsión, entre otros delitos, que lleva adelante el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla.
Una de las nuevas hipótesis es que D´Alessio y el ex comisario Ricardo Bogoliuk, también procesado y detenido, junto con con al menos otras dos personas que hasta ahora no han sido identificadas, podrían haber llevado adelante millonarias operaciones de lavado de dinero con la participación de empresas y entidades bancarias radicadas en el extranjero y en paraísos fiscales.
Por eso el juez decidió hoy abrir un nuevo legajo con el contenido de los intercambios de WhatsApp que D´Alessio, Bogoliuk y los otros dos integrantes del grupo identificados como Pablo B. y Marcelo G. Además, resolvió dar participación a la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC).
El objetivo es que “en el marco de sus atribuciones específicas, se elabore un dictamen de colaboración en el que se dé cuenta de las posibles maniobras delictivas involucradas y se sugieran posibles medidas de investigación cuyo dictado pudiera estimarse oportuno”, dice el juez en su resolución.
La sospecha es que podrían tratarse de operaciones de lavado de dinero proveniente de alguna actividad ilegal como el narcotráfico, toda una paradoja si se considera que D´Alessio se presentaba como miembro de la DEA, la agencia antidrogas del gobierno norteamericano y se presentaba en los medios de comunicación como un experto dedicado al combate del narcotráfico.
“No puede descartarse que los millonarios montos dinerarios que son objeto de estas maniobras financieras pudieran tener -a su vez origen en algunas de las actividades ilícitas que ya se encuentran siendo investigadas con el debido impulso fiscal de la acción pena - verbigracia, actividades de inteligencia criminal relacionadas con el narcotráfico- lo que podría configurar eventualmente el delito de lavado de activos de origen ilícito”, escribió Ramos Padilla en su resolución.
Aunque no hay una estimación del monto involucrado en las operaciones, en uno de las intercambios de WhatsApp, D´Alessio les dice a sus socios que por cada 100 millones de dólares que se pudieran haber lavado a cado uno los podría quedar un 0,5%, es decir, medio millón de dólares, lo que le provoca una enorme alegría por lo que considera una “pequeña fortuna”.
Según los registros del teléfono Iphone X de D´Alessio, las comunicaciones del supuesto grupo de lavadores de dinero se llevaron adelante entre el 20 de marzo de 2018 y el 11 de diciembre del mismo año, unas semanas antes de que el falso abogado y el fiscal federal Carlos Stornelli fueron denunciados por Pedro Etchebest, luego de que le pidieron 300 mil dólares para no quedar detenido en la causa de las fotocopias de los cuadernos.
El grupo de la red de mensajería habría “obtenido -aproximadamente en el mes de marzo de 2018- una licencia para efectuar operaciones offshore utilizando como base para ello una filial del Foreign Finance Bank en Anoujan, Islas Comores. Los primeros intercambios versan sobre el mecanismo financiero para efectuar operaciones y los requisitos, estableciendo una suerte de protocolo”.
El juez explica que en los primeros intercambios “se se mencionan protocolos interbancarios de intercambio de archivos (EBICS T) y de intercambio de ficheros acompañados por la firma digital de las órdenes bancarias (EBICS TS). Se mencionan asimismo normas como SEPA (Single Euro Payments Area), para la realización de transferencias bancarias transfronterizas en euros”. Los mensajes entre los cuatro, dice el juez, permite inferir que los cuatro integrantes del grupo, con contactos en el extranjero y la participación de funcionarios bancarios, realizaron movimientos de “millonarios montos de dinero a nivel internacional mediante transacciones no registradas en el sistema bancario, con el fin de cobrar una comisión porcentual”.