30 Julio de 2018 17:25
El Gobierno decidió que las Fuerzas Armadas comiencen a ser desplegadas en zonas conflictivas de la frontera con el objetivo de fortalecer los controles que buscan frenar el ingreso de drogas al país, en el marco de una “reestructuración” que fue anunciada por el presidente Mauricio Macri durante un acto que encabezó en Campo de Mayo junto al ministro de Defensa, Oscar Aguad.
El presidente anunció la reforma del Sistema de Defensa Nacional.
Claro está, la decisión despertó todo tipo de críticas, reclamos y, sobre todo, el rechazo de los sectores opositores, ya que el presidente decidió modificar un decreto reglamentario firmado por Néstor Kirchner en 2006, que le impedía a las Fuerzas Armadas realizar tareas de seguridad en el interior y sólo intervenir ante agresiones externas perpetradas por otros países.
Lo cierto es que durante el kirchnerismo, el ejército argentino también fue utilizado para distintas tareas, por fuera del protocolo, dentro de las villas del país. Por ejemplo, el ex ministro de Defensa, Arturo Puricelli, festejó "el acercamiento de las Fuerzas Armadas a la sociedad", luego de supervisar las acciones de apoyo comunitario que realizó en el barrio Hidalgo.
Se trataba del Plan Nacional de Abordaje Integral (Plan AHI), por el cual siete ministerios y organizaciones barriales kirchneristas articularon soluciones para combatir la inseguridad, el narcotráfico y la falta de obras en asentamientos y villas de la Capital Federal y el conurbano bonaerense hace poco más de seis años.
Dicho plan había sido lanzado a comienzos de junio de 2012 por el Gobierno, ante la preocupación por el creciente descontento e irritabilidad social. El mismo comenzó en las villas 15 (Ciudad Oculta), 6 y 31 de la ciudad de Buenos Aires, y en los asentamientos de Villa Hidalgo, la Cárcova e Independencia, del partido bonaerense de San Martín.
De esta manera, la Armada realizó tareas de remoción de escombros para la transitabilidad de calles, de suministro de agua potable y mejoras en las instalaciones, entre otras actividades. "Los vecinos ven que las Fuerzas concurren en épocas de paz a la atención de sus necesidades", manifestó en aquel entonces Puricelli, tras recorrer el barrio Hidalgo, de San Martín.
Lo cierto es que tan solo un año más tarde, la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, le propuso al por entonces jefe del Ejército, César Milani, de utilizar a las Fuerzas Armadas para urbanizar las villas. “¿No podrá ser que el Ejército urbanice las villas?", le preguntó durante una entrevista que realizó para la revista de las Madres.
Cabe mencionar que Milani se e encuentra procesado por la desaparición, tortura y asesinato del soldado Alberto Ledo y por el secuestro y la tortura de Pedro Olivera y su hijo Ramón Alfredo, como parte de una asociación ilícita con el represor Luciano Benjamín Menéndez. A su vez está siendo investigado por enriquecimiento ilícito y está detenido desde 17 de febrero de 2017.
Durante la entrevista, De Bonafini le remarca a Milani que “las villas son un desastre, con callejuelas, cosas complejas”. “Vos no sabés para la gente, qué felicidad.....Ustedes que tienen todo en la mano, tienen los ingenieros, tienen la plata o lo que sea, y la gente para hacerlo. Agarrar una villa...hacerle las calles, hacerle la luz", proponía Hebe.
Hebe siempre se negó a hablar del caso Milani
Entonces el jefe del Ejército se mostró optimista, reconoció que sería “espectacular” urbanizar las villas con sus manos y aclaró que no dependía de él. "Si me dicen, bueno, te damos una villa. Cualquier villa. Y tenés ahí para trabajar, dos o tres años para urbanizarla, sería espectacular", señalaba Milani durante la entrevista que le hizo la titular de Madres.
Poco tardó el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en asignarle al jefe del Ejército la urbanización de la Villa La Carbonilla, en el barrio de la Paternal, para que colabore en el armado de calles. Por aquel entonces, Bonafini se vanagloriaba por el uso del Ejército y destacaba las obras que se realizaron en La Carbonilla junto a La Cámpora y Madres de Plaza de Mayo.
Lo cierto es que en ese momento, León Arslanian, cuestionó la intervención del Ejército Argentino en tareas de asistencia social, principalmente en villas de emergencia, una actividad que se había acrecentado tras la llegada a la cúpula militar del general Milani. "No es esa una tarea que deba hacer el Ejército, aunque pueda contar con la mejor disposición para esos fines”, remarcó.
De la misma forma, y con casi idénticas palabras que la oposición utiliza en la actualidad, el ex ministro de Justicia y de Seguridad señalaba que "El Ejército tiene que dedicarse a los problemas de la defensa nacional” al ser consultado sobre si estaba de acuerdo con que los militares intervinieran ante la población socialmente vulnerable.
La idea de Cambiemos en la actualidad es poner en práctica la reforma desde el 1° de agosto, cuando el Ejército comenzará a desplegarse con unos 500 agentes en el programa Escudo Norte, que actualmente está en manos de las fuerzas de seguridad.
La intención es que estén en Salta, Formosa y Misiones. Pero la decisión no abarca sólo a 500 efectivos. Estiman que de cara en un año, se sumarían 5.000 uniformados. Esto generó el rechazo de la oposición, al considerar que las Fuerzas Armadas no deben ser utilizadas para estas tareas.