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El laberinto de Bolsonaro: fake news, detenciones y una posible extradición

El ex presidente compartió una noticia falsa y luego la borró.

11 Enero de 2023 11:32
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Cuando los días después de la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva el 2 de octubre de 2022 pasaban, y el entonces mandatario de Brasil Jair Bolsonaro no felicitaba a su rival por el triunfo, se presumía que algo estaba pasando en el gigante sudamericano y en la cabeza del provocador dirigente de la derecha local.

La prensa brasileña destacaba por esos días que Bolsonaro no podía asumir su derrota y que tenía ataques de llanto todos los días, por el revés que le habían propinado en las urnas. Ya después de la elección, los cortes de ruta de manifestantes bolsonaristas comenzaron a multiplicarse por todo el territorio nacional, pidiendo la intervención de las fuerzas armadas para garantizar la continuidad de su líder.

Esa burbuja de focos de protesta del sector más reaccionario de Brasil, terminó de explotar el último domingo en Brasilia, cuando miles de manifestantes coparon los edificios públicos más importantes de los tres poderes de la república. Para ese momento, el ex presidente estaba en la ciudad norteamericana de Orlando, internado por una obstrucción intestinal.

"Tras ser apuñalado en Juiz de Fora/MG, fui sometido a 5 operaciones. Desde la última, por 2x tuve adherencias que me llevaron a otros procedimientos médicos. Ayer tuve nuevas adherencias y me dieron el alta en el hospital de Orlando/USA. Gracias por vuestras oraciones y mensajes para una pronta recuperación”, escribió Bolsonaro en su Twitter.

Allí también le agradeció al pueblo brasileño y le pidió que ore por él. Y si bien la salud es un tema importante en su actualidad, el pedido de intervención divina bien puede ser por los distintos frentes de batalla que se le abrieron al ex presidente, tanto por la participación de sus adherentes en las conflictivas protestas, como por la que se investiga a su ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Brasilia, Anderson Torres, implicado por la Justicia local en los hechos del domingo, ya sea por acción u omisión.

El lunes el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil había suspendido al gobernador bolsonarista de Brasilia, Ibaneis Rocha, quien pidió perdón al mismísimo Lula por la incapacidad del operativo de seguridad de desmontar a tiempo los desmanes de los manifestantes, e intentó desvincular de los hechos a Torres, su secretario de seguridad, quien acompañaba en EEUU a Bolsonaro.

El otro revés que sufrió el ex presidente brasileño, sólo unas horas después de este, fue el bloqueo de sus cuentas bancarias, por la sospecha de que él estuviera atrás del financiamiento de las protestas, que contaron con muchos micros, días de acampe y la presencia de personas por muchas jornadas.

La decisión la tomó ayer el fiscal general adjunto del Ministerio Público del Tribunal de Cuentas de la Unión, Lucas Rocha Furtado. Aunque días atrás el mismísimo Lula había pedido que se investigue el financiamiento de las protestas, apuntando a su rival en las urnas en octubre.

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La desidia de Bolsonaro es tal que durante las últimas horas compartió en su cuenta de Facebook una fake news en la cual se mostraba al fiscal bolsonarista de Mato Grosso do Sul Felipe Gimenez asegurando que el actual presidente fue "elegido por el servicio electoral y los ministros del Tribunal Supremo y del Tribunal Superior Electoral", y que estaba coronada con la frase: "Lula no fue elegido por el pueblo, fue escogido y elegido por el STF y el TSE".

La polémica alrededor de las afirmaciones vertidas por el ex mandatario, logró que a las dos horas de haberla subido, Bolsonaro decida retirar la publicación. Las noticias falsas vienen abundando los dispositivos móviles de los brasileños y las brasileñas, inclusive esas que hablan de que Lula es un presidente "elegido por Satanás". Por lo que la preocupación alrededor de que sean compartidas por una figura de la magnitud del ex presidente, alertan a toda la institucionalidad del país.

Así fue que el senador Renan Calheiros pidió al titular del STF, Alexandre de Moraes, la extradición de Bolsonaro desde Estados Unidos, quien luego de su internación se encuentra alojado en la casa que tiene allí el boxeador José Aldo. También había hecho lo mismo horas antes la diputada nacional oficialista Erika Hilton, quien se la presentó al ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira.

El viaje que Bolsonaro hizo dos días antes de tener que entregarle la banda presidencial a Lula, ese que eligió hacer por no poder salir del laberinto en el que ingresó por no poder asumir su derrota, puede llegar a terminar de forma repentina, aunque desde el entorno del dirigente derechista, deslizaron que él ya tiene programada su vuelta para los próximos días, más allá de cualquier cuestión judicial.

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Los aliados políticos del ex presidente también comienzan a ser un factor de presión más en la compleja situación política que está enfrentando. Es que las preocupaciones acerca de la baja de su popularidad a partir de los hechos del domingo, comienzan a ser un tema de debate interno. Según una encuesta de la consultora Quaest, que se publicó en Folha de São Paulo, la imagen de Bolsonaro se encuentra en 21 puntos sobre 100, mientras que el sábado estaba en 40. Un retroceso atroz.

Al mismo tiempo, la Justicia brasileña pudo comprobar con imágenes y videos la complicidad de ciertos actores de las fuerzas de seguridad durante las protestas del domingo en las cuales terminaron detenidos 1500 manifestantes. Otra piedra más en el zapato para la democracia de Brasil, y para el ex presidente Bolsonaro, cada vez más acorralado en su propio laberinto.

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