Lázaro Báez no disfrutó de su riqueza, sólo acumuló dinero. Los que lo conocen aseguran que no conoce el mar de la costa atlántica, pese a que tuvo la posibilidad de disfrutar de Pinamar, donde le quedaron cinco propiedades a nombre de su sociedad.
Lázaro tiene cinco casas en Pinamar, pero jamás estuvo allí.
Báez nunca puso un pie sobre la arena de uno de los balnearios considerados más top. Eso no impidió que su dinero fuera invertido en ese balneario. Con una pequeña parte de su fortuna se compraron cinco casas en la zona norte de Pinamar. No las compró Lázaro, ni siquiera las eligió.
Fernando Butti, el ex contador de Báez, y con quien terminó en muy mala relación, fue el encargado de hacer la transacción y es el que figura como el responsable de haber autorizado los contratos de alquiler.
La foto más famosa de Lázaro: cuando emerge junto a Cristina del mausoleo dedicado a Néstor Kirchner.
Butti es conocido en Pinamar. Es un visitante frecuente de la zona y allí cuenta con propiedades a su nombre. Por sus contactos y allegados en la zona, destinó la administración de las casonas a las inmobiliarias Balmoral y Schulz.
Como sucede en estos casos, las casas se escrituraron por un valor menor y alquilarlas no dejaba ganancias, pero al menos servía para que se mantuvieran ocupadas, a fin de evitar que se deterioren o que algún tercero las ocupe. En 2007 y 2008 se celebraron contratos por 13 mil y 14500 pesos por una quincena en enero.
Todas las casas están a nombre de una de sus sociedades: Austral Atlántica SA . Según quienes accedieron a las fojas de la investigación, el exceso de dinero de Báez lo obligaba a invertir en algo.
Los documentos donde figuran los alquileres de las casa son parte de la investigación.
La suma del valor de las casas alcanzaría al US$ 1.500.000 pero habrá que reconsiderarse el monto cuando vuelvan a habitarse, debido a que el paso del tiempo y los efectos del abandono perjudicaron la imagen de cada propiedad.
Báez llegó a tener nueve propiedades en ese balneario, pero sólo le quedan cinco, todas a nombre de la misma sociedad anónima. BigBang confirmó que, tal como consta en la investigación, los inmuebles, ubicados en la zona norte de Pinamar, permanecen cerrados y con rastros de que fueron habitadas.
La más grande, en la calle Goleta Las Hércules 424, tiene 234 m2 declarados, sobre un terreno de 825m2. La casa no tiene numeración y luce abandonada. Los vecinos no saben a quién pertenece y pese a las consultas de BigBang sostienen que observaron los movimientos de los inquilinos y nada más.
Otra de ellas está ubicada en Poseidón 449, sobre un terreno de 802m2. Su valor aproximado es de 230 mil dólares. Desde el exterior, a través de una de sus ventanas se puede ver que en el interior aún quedan elementos que se utilizaron al ser habitadas. Rodeadas de pinos y con un cartel que notifica que cuenta con una alarma perimetral, la propiedad aún tiene en su techo la antena de cable satelital y un cartel abandonado de alquiler.
El techo del living presenta una mancha de humedad y las paredes están deterioradas. Unos cuadros de flores y lámparas blancas suman su presencia en los ambientes. También hay una mesita ratona, un sillón de cuerina y un par de zapatillas de hombre, olvidadas detrás de la puerta de entrada. En la parte de atrás, el terreno continúa hasta un alambrado que la separa de su vecino.
BigBang accedió al interior de algunas de las propiedades. Es posible ver en su interior restos de los signos del uso por parte de los inquilinos que pasaron por ellas. Otras permanecen cerradas y sin elementos en su interior.
En la calle Helades 297 hay una casa que se ubica sobre un lote de 680 m2. Su precio superaría los 300 mil dólares. En tonos rosa pastel y vivos blancos, la casa cuenta con ventanales, pero cuando están desplegadas las cortinas blancas, poco puede verse su interior.
En la Avenida del Libertador 4197 una escalinata hace de previa para llegar a la puerta. Con una amplia cochera y un balcón al frente engalana su fachada.
EnTroya 783 se encuentra un chalet con techo a dos aguas: en la parte trasera se ubica una pileta con el agua estancada. Estas casas también están a nombre de Austral Atlántica SA. La de la calle Troya cuenta con el parque bien mantenido. Pese a que las lajas de la entrada están rotas, por su diseño no desentona del resto de las casas de la cuadra.
Todas las propiedades son mantenidas y controladas por un cuidador. El pasto es cortado con regularidad. Incluso en Troya 783, la manguera con la cual riegan el parque estaba conectada y había agua acumulada como si se hubiera utilizado pocas horas antes de que BigBang visite el terreno.
Las propiedades no son especialmente lujosas. Son similares a las que se ubican en el lado norte de Pinamar que, como se lo conoce, es la zona de más poder adquisitivo de ese balneario.
El juez Sebastián Casanello ordenó el allanamiento de las propiedades, las cuales se suman a las 150 que Báez tenía desparramadas en nueve provincias y a las 162 que ya se habían allanado en Santa Cruz y en Chubut. En resumen, para el Tribunal de Tasación, ese primer grupo suman $1.373 millones. Báez tiene a su nombre o al de sus sociedades, más de 300 propiedades.
El mapa del tour de Báez quizás no esté cerrado. Pero sin dudas, Pinamar es otro de los destinos que eligió Báez para diversificar su fortuna.
Ante un pedido del fiscal Guillermo Marijuan, el Registro de la Propiedad de la provincia de Buenos Aires había informado sobre tres propiedades en Pinamar a nombre de Austral Atlántica SA. Las otras dos surgieron casi de casualidad, cuando un apoderado de Báez se acercó a la Municipalidad a pagar las deudas impositivas. Las facturas de las cinco casas llegan a Pasaje Carabelas 241, donde siempre estuvieron las oficinas porteñas de Austral Construcciones.
Según publicó Clarín, el ex presidente de Austral, Julio Mendoza, se quedó con una de ellas. Esa vivienda tenía un detalle particular: la pileta estaba adornaba con el escudo de Boca Juniors. El mismo dibujo figura en una vivienda de Butti en Río Gallegos (Santa Cruz).
Otra persona que se vincula con Báez y con las propiedades, es Liliana Costa. Fue empleada de la AFIP y era la personar de confianza del empresario patagónico. Costa se encargaba de los papeles de Lázaro, incluyendo las propiedades de Pinamar. Claro, Báez nunca se acercó a esa playa siquiera a ver sus propias casas que hoy son parte del "Lázaro Tour".