16 Marzo de 2017 16:26
La reunión fue breve, formal, y dejó confirmado lo que ya todos sabían: la fecha del primer paro nacional del sindicalismo contra el gobierno de Cambiemos.
Los reproches de Julio Piumato contra Francisco "Barba" Gutiérrez no pasaron a mayores. El triunvirato cegetista logró el respaldo de todos el Consejo Directivo para ir a la huelga el 6 de abril.
Sin embargo, la medida más demorada no aplacó por completo los ánimos dentro del sindicalismo. La precaria unidad que se consolidó durante 2016 quedó en peligro en los meses de 2017. La foto de la dirigencia gremial con Mauricio Macri en la residencia de Olivos y el escenario de desborde en el acto del 7 de marzo generaron un cimbronazo que todavía provoca temblores.
El triunvirato se va. Acaban de anunciar el paro.
Como anticipó BigBang, el episodio más fuerte en el que quedaron expuestas las diferencias se dio el lunes pasado en el sindicato de Cerveceros, donde se juntaron alrededor de 30 gremios moyanistas.
Allí, entre reproches y autocríticas, se decidió seguir dentro de una CGT unificada y no romper la alianza sindical.
Schmid entró a la reunión cuestionado y se ganó el respaldo de la mayoría aceptando que había cometido errores. "No me pidan que sea Moyano", se defendió y dijo que desde ese sector debía salir el proximo líder del sindicalismo, aunque no fuera él.
Facundo y Pablo Moyano escuchan a Plaini. El moyanismo se cansó del triunvirato.
Sin embargo, para los sindicatos alineados sin fisuras con Moyano, Schmid entró en el ritmo y la lógica de los gordos dentro de la CGT. No conduce, que es lo que quieren los Moyano. Lo critican porque se deja llevar y no responde al sector que le dio origen.
Aunque Moyano padre prefiere por ahora no meterse en la discusión, Pablo y Facundo Moyano consideran que el triunvirato -que acaba de nacer- ya cumplió su ciclo.
"El triunvirato ya murió", dicen en conversaciones con su círculo íntimo. Piensan que hay que apurar una transición como la que Hugo Moyano encabezó en 2004, cuando integraba el triunvirato con José Luis Lingieri y Susana Rueda.
El viejo triunvirato. Moyano quedó como único líder por encima de Lingeri y Susana Rueda.
Cerca de los hijos del camionero, afirman que Pablo es el hombre que debe conducir al sindicalismo. No ya ser miembro del triunvirato sino directamente ser el secretario general de la CGT. Por el gremio poderoso que conduce, por ser hijo del último líder sindical y por ser el más combativo entre los dirigentes de sindicatos fuertes.
La apuesta parece dificil: los gordos nunca permitieron que Moyano padre los dirigiera, menos estarán dispuestos a que los diriga su hijo. ¿Podría volver Hugo si lo llaman por aclamación?
Si el moyanismo pisa el acelerador y las diferencias se profundizan, no se puede descartar una nueva ruptura. El paro del 6 de abril traerá la unidad en la acción, pero las discrepancias son muchas, indisimulables.
