Fue el padre Carlos Mugica un mártir católico que vivió militando los derechos humanos para los más pobres. Fue Mugica quien fundó el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y el movimiento de Curas villeros que se sostiene hasta hoy trabajando con el legado de sus creencias religiosas y políticas.
Fue Mugica quien terminaba de dar misa en la iglesia de San Francisco Solano y no se esperaba -o tal vez sí- que Eduardo Almirón, miembro de la Tripe A, (Alianza Anticomunista Argentina) disparara aquella bala que le dio fin a su vida un 11 de mayo de 1974 en Villa Luro.
No hay dudas de que lo que molestaba era su compromiso político y su deseo por alcanzar una calidad de vida mejor para la gente de los barrios. Mugica ya no está pero dejó un legado que habla de la justicia social, de ayudar al prójimo, de nunca estar del lado de la mafia de la derecha.
Algo está pasando con los jóvenes de los barrios populares, algo están haciendo, algo están reflexionando. Es incuestionable: Mugica sigue vivo en la memoria de aquellos que practican su herencia que no es ni más ni menos que el amor por el prójimo.
Con un Javier Milei (candidato a presidente por La Libertad Avanza) expresando que el Papa Francisco es "el representante del maligno en la Tierra", el deseo de organización es mayor. Es por eso que la Confederación General del Trabajo (CGT) convocó a organizaciones de Curas Villeros y sus Hogares de Cristo para reflexionar y ahondar sobre el avance de la ultraderecha en Argentina.
En el encuentro militaron para que Francisco vuelva al país bajo la consigna: "Vení Francisco, tu pueblo te espera" y en conmemoración por el aniversario número 50 del cruel asesinato de Mugica. Además de un centenar de jóvenes en ese lugar, estuvo presente el Padre "Pepe" Di Paola a quien BigBang tuvo acceso para reflexionar sobre el momento político que se vive en Argentina.
¿Qué postura tiene sobre el gobierno de Javier Milei y el avance de la ultraderecha?
- El posible gobierno. Hemos dicho los curas de las villas, días atrás en una misa que generamos donde primero, su agresión al Papa Francisco es intolerable para un candidato a la presidencia; es una falta de respeto las cosas que dijo.
No se retractó nunca por más que lo siga diciendo, porque el mismo día que el candidato Massa le pide que haga una retractación dice que eso fue viejo, cuando en realidad hacía 15 días lo había tenido una entrevista con un periodista norteamericano.
Pero detrás de eso también él dice que ese "imbécil que está en Roma", hablando del Papa Francisco cree en la justicia social, que es la que está creada "en base al robo": es una mentira absoluta porque la justicia social nace el mandamiento del amor, que significa preocuparse no solamente del bien de uno, sino del bien de la comunidad.
Por lo tanto es una mentira y parte de algo que es anticristiano. Por eso, para alguien que tiene fe y que tiene fe en Jesús o quizás en el Antiguo Testamento -porque también el Antiguo Testamento está en el mandamiento del amor como pilar- nosotros, la gente de fe, no podemos pensar que lo de Milei es algo aceptable, no podemos votarlo así porque sí. Me extraña algunos católicos que todavía hacen caso omiso, si lo hubiese dicho otro pareciera que lo hubiesen tomado en serio, pero como están enojados con el gobierno actual, pareciera que está todo bien y no está todo bien.
Creo que de una mala administración, como pudo haber habido, se vuelve. Se pueden tomar datos de las cosas que se hicieron mal; la gente votó con bronca la primera vez y creo que eso es muy importante tomar nota de aquello que hay que cambiar.
Ahora un salto al vacío: venta de órganos, portación de armas... Nosotros vimos en las villas. Sabemos lo que es tener armas, lo que significa que la gente tenga armas y que haya tantas muertes.
¿Repercutió en el día a día el discurso de Milei?
-Sí, al principio sí, porque prevaleció el voto bronca. Pero después cuando la gente se fue dando cuenta lo que decía, sirvió muchísimo para pasar del voto bronca a un voto razonable, por eso después ganó Massa.
Estamos en un encuentro de chicos y chicas de los barrios. ¿Usted todavía tiene esperanzas en la juventud o piensa que muchos se han ido para el lado de la ultraderecha?
-Estamos aquí con los chicos de los Hogares de Cristo, formamos una familia grande, que está en distintos lugares y todos los chicos representan realmente los sectores más pobres, que saben que necesitan de una escuela del Estado, saben que necesitan en el hospital público es decir, tienen claro todo eso.
Ojalá que vayan transmitiendo esto que ellos lo ven como una necesidad, porque es una necesidad a aquellos chicos que son más de clase media, que están muy atados a las redes con bastante ignorancia a lo mejor en algunas temáticas, no por culpa de ellos, sino porque no se lo han transmitido y que a lo mejor piensan que porque reciben un recorte de las redes de alguien que dice "viva la libertad carajo", habla de la casta cuando él metió a Mauricio Macri y a toda su gente...
A casi 50 años del asesinato del padre Mujica, ¿hay algún mensaje que se entrecruce desde su época a esta?
-Si bien los desafíos de cada época tienen sus características, hay uno que es común que es el estar al lado de la gente más necesitada.
Nosotros todo lo que hemos hecho los curas de las villas y lo hemos hecho en razón, a la gente de los barrios populares. Si seguimos en ese camino, en estos 50 años que celebramos a nuestro mártir que nos ilumina del cielo, le pedimos siempre que nos dé la coherencia que tuvo él el transitar nuestra vida, nuestro trabajo, nuestro apostolado junto a los más pobres.
¿Piensa que va a venir el Papa el año que viene?
-Yo pienso que venir estamos en ese camino y creo que se va a hacer efectivo.