Un ministro de Mauricio Macri se arremanga la camisa mientras conjetura algunas de las críticas que tienen hacia la gestión de su propio espacio político. Hace una pausa, mira de costado y dispara la bomba: “El Papa está furioso”. Relajado, ya con la camisa arremangada, detalla: “Se enteró en medio de una reunión pública que Macri le iba a donar a su fundación, y por decreto, $ 16 millones. No le gustó la forma, está pensando en devolver la plata”.
"No le gustó la forma, está pensando en devolver la plata
El funcionario se refiere el decreto que firmó hace unos días el Gobierno Nacional en el que Macri le ofrece una donación de $ 16 millones a Scholas Ocurrentes, la fundación que creó el Papa y que preside José María del Corral, “Josema”, como lo llaman los macristas.
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El motivo del enojo
El problema no fue el contenido, ni la plata, al Papa no le habrían gustado las formas.
Al parecer se habría disgustado porque la ayuda para su fundación se hizo pública a través de los diarios; así se enteró él. Es llamativo también su encono porque en teoría, y según la palabra del Gobierno nacional, esos fondos se destinaron luego de un pedido que hizo el propio Del Corral, en el verano.
El 27 de febrero el Papa recibió al Presidente y a Juliana Awada.
De hecho, el objetivo de los fondos va a contramano de los que encabeza ideológicamente el propio macrismo, subsidiar salarios (no competitivos) con gasto público. El dinero será para el pago de sueldos del personal de Scholas en la Argentina, además de las obras para la nueva sede, que estará por Libertador y Dorrego. “Hoy trabajan en un departamentito, la idea es que estén más cómodos”, explica un funcionario del Gobierno que estuvo en Roma hace unos días y trabaja en los detalles de los procesos legales para que el Gobierno transfiera los fondos.
A sola firma
Con la firma de Mauricio Macri y Marcos Peña, el decreto 711/2016 fue publicado el 26 de mayo pasado y en su primer artículo cede los fondos millonarios para la fundación de un Papa peronista, como no podría ser de otra manera: “Otórguese a la Fundación Pía Autónoma de Derecho Pontificio Scholas Occurrentes un aporte financiero no reintegrable con cargo de rendición de cuentas por un monto de PESOS DIECISÉIS MILLONES SEISCIENTOS SESENTA Y SEIS MIL ($ 16.666.000), destinados a sufragar los gastos de personal, equipamiento e infraestructura de la sede central en nuestro País durante el presente año”.
Macri y los obsequios que le llevó al Papa.
Tres días después de que se publicara el decreto, el domingo 29 de mayo, fue el cierre del congreso mundial de las Scholas. Con el Papa de anfitrión, en el aula del Sínodo del Vaticano, estuvieron varios funcionarios argentinos: desde Federico Salvai, la mano derecha de María Eugenia Vidal hasta Alfredo Abriani, subsecretario de culto de la Nación, quien anunció parte del contenido del decreto, que por cierto causó un blooper infernal al no tener encima el decreto que estaba presentando. Desencadenó, es cierto, una tenue sonrisa del Papa.
Francisco durante un encuentro sobre la fundación Scholas.
Richard Gere, que estuvo presente en ese acto, no entendió de qué se reía Francisco. Fue un gran momento protocolar.
Pero la realidad es que al Papa le habría molestado el gesto, sobre todo porque puede haberlo entendido como un último intento oportunista del macrismo, que busca mejorar la relación el Papa. Hoy el diario La Estampa de Roma, se hizo eco de la molestia papal.
La noticia apareció en La Stampa.
Secretos en el Vaticano
Tantas especulaciones se armaron en torno al encono del Papa con los fondos macristas -a pesar de que habría sido un pedido de su emisario “Juanma” en el verano pasado- que fue unos de los temas más picantes en la charlas de pasillos y verdes jardines del Vaticano entre los jueces que fueron a visitar al Papa. Los magistrados más fuertes de comodoro Py, con las causas de corrupción más importantes de la Argentina, fueron invitados por Francisco en el marco de un foto antitrata y crimen organizado.
La tremenda declaración del funcionario que confiesa que el Gobierno sabe del enojo del Papa, que adelanta BigBang en exclusivo, esconde una serie de chispazos que tiene el Gobierno nacional con el Vaticano. Por la formas, por la profunda raíz peronista de Francisco o simplemente por una cuestión de piel, al Papa no le gustan los gestos de Macri. Ni siquiera cuando se trata de millones.