26 Marzo de 2024 11:43
Fiel a su estilo, el Papa Francisco emitió un fuerte comunicado exhortando al poder Ejecutivo, al judicial y al sector empresarial a aunar fuerzas para sobrellevar la crisis de violencia que están viviendo los ciudadanos rosarinos.
En las últimas 24 horas, en esa ciudad de la provincia de Santa Fe, hubo cuatro balaceras que iban directamente contra trabajadores de a pie. Esto hizo que el transporte público de pasajeros se paralizara sin nuevo aviso de cuándo volverán a prestar servicio e inmediatamente, el sector de los taxistas hizo lo mismo.
Hace varios meses que el conflicto escala a niveles máximos de violencia con cientos de muertes en Rosario. La situación se agravó con la incorporación de Patricia Bullrich como ministra de Seguridad que, con constantes provocaciones ocasiona aún más violencia en las calles.
En este contexto, Francisco reflexionó sobre la principal medida de Bullrich que es controlar a la población a través de las Fuerzas Armadas: "Comprendemos la necesidad de la presencia de las fuerzas de seguridad para llevar tranquilidad a la comunidad. No obstante, sabemos que en el camino de la paz se deben transitar respuestas complejas e integrales, con la colaboración de todas las instituciones que conforman la vida de una sociedad", expresó.
El Papa se animó a decir lo que ningún sector político se animó hasta ahora. "Sin complicidades de un sector del poder político, policial, judicial, económico y financiero no sería posible llegar a la situación en la que se encuentra la ciudad de Rosario", dijo y añadió: "Es necesario rehabilitar la política, que es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común".
Sobre el método político actual, expresó: "La alternancia de las gestiones deben sostener la continuidad de los procesos de cambio. Es necesario trabajar no sólo sobre la oferta, sino también sobre la demanda de drogas, a través de políticas de prevención y asistencia. El silencio del Estado en esta materia sólo naturaliza y facilita la promoción del consumo y comercialización de las mismas".
Y añadió: "En un contexto como éste, es necesario que el sistema democrático vele por la institucionalidad de la justicia, de tal manera que pueda ser independiente para investigar los entramados de la corrupción y del lavado de dinero que facilitan el avance del narcotráfico". Francisco cargó duramente contra el poder judicial: "Cada miembro del poder judicial es responsable de custodiar su integridad, la que comienza por la rectitud de su corazón".
No se salvaron ni los empresarios
Además de pegar fuerte al poder político y judicial, el Sumo Pontífice apuntó al sector empresarial argentino: "No hay una buena economía sin un buen empresario. Hay una gran tarea por delante en el sector empresarial, no sólo en impedir la complicidad en los negocios con las organizaciones mafiosas, sino también en su compromiso social".
Categórico, analizó: "Nadie se salva solo. Aún en los barrios privados, se puede encontrar la inseguridad y la amenaza del consumo para los propios hijos" y, bajándole un tono al discurso reflexionó: "Dado que, en todo sistema mafioso, los pobres son el material descartable los invito a aunar esfuerzos para que el Estado y las instituciones intermedias puedan brindar espacios comunitarios en los barrios vulnerables".
El Papa no dudó en contradecir el sistema individualista que propone el gobierno de Javier Milei: "Todas las instituciones sociales, civiles y religiosas debemos de estar unidas para hacer lo que mejor sabemos hacer: crear comunidad. Rosario cuenta con una gran riqueza de instituciones al servicio de los demás" y agrega: "Todos podemos colaborar y ser parte de los espacios deportivos, educativos y comunitarios. El temor siempre aísla y paraliza. No teman comprometerse junto a otros para ser respuesta pacífica e inspiradora".