22 Octubre de 2018 12:03
La misa del sábado sigue generando repercusiones en el mundo de la política y de la Iglesia Católica. Sobretodo después de que Pablo Moyano dijera que la celebración religiosa en Luján -a la que asistió junto con su padre Hugo- no se hubiese podido realizar sin la bendición del Papa Francisco.
Es sabido que Bergoglio fue peronista toda la vida y que su cambio de domicilio no implicó al mismo tiempo una cambio en su matriz ideológica respecto del movimiento fundado por Juan Domingo Perón.
Por eso resulta difícil de creer que una movida como la del fin de semana se haya llevado adelante sin su visto bueno. En la primera línea de las sillas estaban sentados Moyano padre e hijo, convertidos en los nuevos cucos de la Justicia, de los medios oficialistas y del Gobierno, ahora qua parecen haberse acabado las figuras del kirchnerismo que ocupaban ese rol.
Sin embargo, luego de las declaraciones de Pablo Moyano, el arzobispo de Mercedes Luján, Agustín Radrizzani, publicó hoy una carta, a modo de comunicado, ya que no quiso hacer declaraciones, para asegurar que la decisión de celebrar la misa en Luján fue suya, en la que no intervino el Papa Francisco.
"Deseo aclarar que el Papa Francisco no ha tenido ninguna injerencia, la decisión de realizar la celebración de la misa en Luján fue absolutamente mía", aseguró Radrizzani.
"No hubiese sido pertinente negarme al pedido que me hicieran hace 40 días ya que valoré como muy positiva la intensión de rezar por la paz, el pan y el trabajo", agregó el monseñor.
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En el mundo de la Iglesia, como en el de la política, como en la vida, hay cosas que se dicen y otras que no. La carta de Radrizzani busca dejar al Papa al margen de la coyuntura política. Aunque la relación del Papa con el presidente Macri es sólo protocolar, es sabido también de su buena relación con la gobernadora Vidal, la ministra Stanley y el senador Bullrich.
Quienes conocen las internas de la Iglesia aseguran también que hay algún disgusto porque "los Moyano le coparon la misa", cuando la iniciativa había surgido desde otros sectores del sindicalismo. ¿Será así? Difícil de creer que Radrizani hubiera dejado que asistieran personajes "indeseables" para él.
Intendentes y dirigentes del peronismo fueron a la misa.
Porque no sólo estuvieron los Moyano. Hasta Luján llegaron otros dirigentes del peronismo que están en el kirchnerismo y en otros sectores como el diputado Felipe Solá, que esta trabajando para que en 2019 haya un candidato que aglutine a todos los sectores.
"El futuro de la Nación no está únicamente en manos de los dirigentes: está fundamentalmente en manos de nuestro pueblo", había dicho el arzobispo durante su homilía.
Además de sindicalistas, llegaron hasta Luján el presidente del PJ Bonaerense, Gustavo Menéndez (Merlo), y los intendentes Verónica Magario (La Matanza), Gabriel Katopodis (San Martín), Juan Zabaleta (Hurlingham), Ariel Sujarchuk (Escobar), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Alberto Descalzo (Ituzaingó), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Jorge Ferraresi (Avellaneda).