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El parte policial desmiente la versión del atentado contra Jorge Lanata

La administradora del consorcio donde vive el periodista se presentó en la comisaría 15° para denunciar que los piedrazos fueron hechos ayer por dos linyeras. Según el parte policial, los casquillos de bala fueron hallados a 30 metros del lugar frente a un contenedor de basura. De todos modos, Lanata solicitó custodia a la Metropolitana.

04 Agosto de 2015 16:59
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Esta tarde, dos días después de vincular en su programa al Jefe de Gabinete -Aníbal Fernández- con el Triple Crimen de General Rodríguez, Jorge Lanata denunció que sufrió agresiones en su domicilio.

Dijo que le tiraron piedrazos, que rompieron los vidrios de la garita de seguridad y que encontró casquillos de bala. Una grave denuncia que de inmediato circuló por los medios y aglutinó la solidaridad de periodistas y políticos varios. Pero se conoció la denuncia policial, y nada tiene que ver con un intento de agresión al periodista ni con ataques a la libertad de expresión ni nada que se le parezca. A pesar de que se difundió el parte policial, Lanata le solicitó al fiscal custodia de la Policía Metropolitana.

A Magdalena le dejaban casquillos en dictadura Ahora se los dejan a #Lanata Pero algunos se siguen rasgando las vestiduras x lo qdijo Mirtha

- Pablo Sirvén (@psirven)

agosto 4, 2015

“Efectivamente, vamos a asignarle una custodia a Jorge Lanata porque es uno de los requerimientos que el periodista le hizo al fiscal”, confirmó el Subjefe de la Policía Metropolitana, Ricardo Pedace, que no especificó cuántos efectivos iba a disponer para resguardar la seguridad del periodista. “La custodia va a asumir en lo inmediato, y estamos viendo”, agregó.

Lanata solicitó custodia de la Metropolitana al fiscal. El subjefe Pedace confirmó que se la asignarán.

Según la comisaría 15°, la administradora del consorcio del edificio de Av. del Libertador 336 -donde vive el periodista estrella del Grupo Clarín- se presentó en la dependencia policial a denunciar que ayer, 3 de agosto, indigentes arrojaron cascotes a la garita. En relación al casquillo o vaina servida, un empleado del restaurante Azul Profundo lo encontró cuando sacaba las basura. Frente al contenedor encontró tres casquillos más. 

El parte policial deja la versión del atentado poco más que como un paso de comedia. 

Según declaró uno de los custodios del edificio que presenció el hecho, ayer por la tarde un joven cruzó la avenida con una botella de Fernet en la mano y arrojó dos piedras contra los vidrios. El personal de Balística efectuó una pericia y determinó que no hubo ningún impacto de bala. Es decir, que nadie disparó un arma. El show mediático armado alrededor de esta denuncia podría convertirse en un papelón. 

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