Con extrema cautela el ministro de Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, empieza a tender puentes con los diferentes gobernadores en post de empezar a encontrarle la solución a uno de los conflictos económicos que tiene que resolver la Casa Rosada con el presidente Alberto Fernández a la cabeza: el consenso fiscal.
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En la última semana, el encargado de llevar adelante las relaciones con las provincias empezó con la ronda con los gobernadores para escuchar sus reclamos sobre ese acuerdo que se rubricó en 2017, con una addenda el año pasado, y que tiene que renovarse a fin del corriente. Entre los puntos en discordia hay uno de vital trascendencia para el Ejecutivo Nacional: los subsidios al transporte.
Tan sólo en el AMBA, que comprende al conurbano bonaerense y a la Ciudad, a dinero de hoy (de no haber un pico de inflación) se necesitarán entre $60.000 y $70.000 millones solamente para que el usuario no pague la tarifa plana. En el resto de las provincias los esquemas y montos varían.
“El tratamiento es uniforme. Posiblemente la semana que viene haya novedades al respecto”, manifestaron en la cartera de Interior en donde procuran mantener la mesura al respecto y esperar concluir con las charlas con todos los mandatarios provinciales. Algunos de ellos ya dejaron asentada su posición.
Tal es el caso del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, que remarcó durante su discurso de asunción que el Consenso Fiscal tenía que ser dejado sin efecto. Es que en la administración bonaerense no sólo impacta el hecho de tener que costear los subsidios al transporte, sino también la rebaja de Ingresos Brutos.
“Eso golpea sobre todo a las provincias más productivas que dependen de ese impuesto para financiarse”, remarcó uno de los ministros de Economía provincial al tanto de las negociaciones. En otros sectores de la Casa Rosada sostienen que la declaración de Kicillof no es sinónimo de que sea algo que termine por ocurrir.
“El pacto fiscal se va a rediscutir y entre nosotros hay muchos gobernadores que ya la dijeron que si le tiene que tocar el bolsillo se la van a bancar”, agregó una calificada fuente gubernamental que sostuvo que la relación con el gobernador bonaerense no será de “sí a todo”.
Mientras tanto el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, aguarda a ver cómo termina por desarrollarse la discusión. Las dos señales que le mandó la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner durante esta semana sobre la necesidad de rebajar la coparticipación que recibe la Ciudad le dejaron en claro que ya lo pusieron en el lugar de “enemigo” político.
“Por algo no pusimos dentro de nuestro Presupuesto los $14.000 millones del Consenso. Es nuestra herramienta de negociación por si avanzan con la coparticipación”, explican cerca del alcalde porteño.
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Lo cierto es que en las cuentas que manejan en la Rosada, y ante la negativa que expresó el ministro de Economía, Martín Guzmán, de financiar el déficit con emisión para no generar una curva inflacionaria, cada concesión de dinero que se haga tiene que estar respaldada debido a la crisis económica.“No tenés mucha más opción. Negocias o aumentas la tarifa del colectivo. Es así de simple. Por eso es que todos estamos atentos a ver cómo lo arreglamos”, le dijo a BigBang un gobernador peronista cercano a la Rosada.