Ni bien regresó de Davos, Mauricio Macri llamó a varios ministros de su gabinete. Estaba preocupado: sintió que la relación con los gobernadores se había complicado mucho y, sobre todo, expresó su enorme desconfianza por la constante alza de los precios.
Rearmar las piezas centrales de su gobierno, la preocupación del Presidente.
“Vamos a tener que hacer algo, yo ya les dije que iba a abrir las importaciones pero parece que no les preocupa”, deslizó el fin de semana pasado en su quinta de Los Abrojos, tras aterrizar de su vuelo de Air France.
En ese marco, el presidente comenzó a analizar variables para diagramar un estricto control de precios. En particular el equipo económico detectó que, en rigor, los principales formadores de precios se concentraban en cinco empresas que, curiosamente, tienen sus casas matrices en Estados Unidos. Sí, justo cuando el diálogo con Norteamérica se abrió (Macri estuvo con el vicepresidente, Joe Biden en Davos y ayer el embajador Martín Lousteau se reunió con Barack Obama) el sector privado comenzó a generar fricciones.
Macri junto al vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden.
Por ello, por estos días le encargó a Alfonso Prat Gay (Hacienda) y a Francisco Cabrera (Producción y de quien depende la secretaria de Comercio Interior) que evalúen la mejor forma de abrir importaciones en aquellos sectores en los que los precios se descontrolaron. El problema: esta medida podría empezar a tener efecto, si se toma la decisión de llevarla a cabo ahora, recién en el segundo semestre, según las proyecciones que tienen en Economía. Además Macri convocó en los últimos días al titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, para ensayar cómo articular el plan económico con la coyuntura política.
“Vamos a tener que hablar con el embajador de EEUU de este tema”, confió uno de los ministros más importantes del gabinete. En el macrismo aseguran que una “buena recomendación” del Gobierno norteamericano podría calmar las aguas. Descreen del modelo “Moreno” para intentar bajar la inflación. “No vamos a ser patoteros, no es nuestro estilo, pero estamos mirando todo”, confió otro de los ministros del PRO a BigBang.
Macri depositó sus preocupaciones en el ministro de Hacienda, Prat Gay.
A ello se le suma la insospechada suba de la carne, a pesar de la baja de la hacienda. Ayer el ministro de Agricultura, Ricardo Buryaille, estuvo en Casa Rosada. Entre habanos, se lo podía ver en el Patio de las Palmeras refunfuñando, algo preocupado porque no podía conseguir fuego para disfrutarlos, hasta que una asesora le acercó un fósforo.
“Los que suben no son los productores sino el último eslabón de la cadena, las carnicerías y los supermercados”, le comentaba a uno de los funcionarios del ministerio del Interior en la planta baja de la Casa Rosada. En la semana Buryaille había recomendado “no comprar carne” hasta que baje su precio.
Macri también le trasladó a Buryaile su inquietud por el incremento de la carne.
Con una mirada positiva, similar a la que suele tener el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el ministro de Hacienda intentó calmar a Macri. “En el segundo semestre van a entrar las inversiones que ya nos prometieron y el año que viene vamos a estar creciendo 5%”, les aseguró Prat Gay al presidente y sus principales colaboradores.
En este marco, Monzó ya trabaja en Diputados y también en el Senado para destrabar el primer objetivo que tendrá el Gobierno en el Congreso: desarmar la ley cerrojo para poder cerrar un acuerdo con los holdouts. Los gobernadores, desesperados por salir al mercado de crédito, fueron los primeros interesados en modificar la legislación vigente. Resta aún el kirchnerismo duro. “Es residual ya, el peronismo va hacia otro camino y están aislados”, confía un diputado de la bancada del PRO.
Emilio Monzó con la mira puesta en el desarme de la ley cerrojo.
De todos modos, a la inflación se le suma otro capítulo complejo de la economía: las paritarias. En ese marco, ya se escuchó bufar a varios funcionarios por el anuncio del aumento de la luz en febrero. Al igual que con el decreto que aumentó la coparticipación federal para la Ciudad por el traspaso de la Federal que generó un caos político con los gobernadores, un sector del Gobierno hubiera preferido esperar. “El aumento de la luz debería haber sido después de marzo, cuando ya cerramos varias paritarias debajo de 25%, ahora no hay forma de impedir que cierren en 30% aunque pidan 40”, se queja uno de los ministros consultados por este medio.
Las próximas semanas serán claves para el futuro de la economía y decisivas para el rumbo que intenta imprimir Macri a su gestión. Control de precios, fondos buitre y paritarias son el coctkail que podría ser un canal de alivio o una crisis inminente.