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Política

El recluso Báez cumple un mes preso: no se deprimió, duerme bien y come lo que le dan

El empresario está alojado en un pabellón con otros 14 internos condenados por delitos no violentos. Se reúne a diario con sus abogados y recibió la visita de tres amigos.

04 Mayo de 2016 11:30
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Fue uno de los empresarios más poderosos de la Patagonia y mañana cumplirá su primer mes en prisión acusado de lavado de dinero por el juez federal Sebastián Casanello y pese al encierro no muestra signos de depresión.

Lázaro Baez pasa sus días en el complejo penitenciario federal de Ezeiza casi en soledad: sólo recibe a diarios a sus abogados y hasta ahora tuvo la visita sólo de tres amigos.

Todos los día duerme la siesta en su pequeña celda, es decir que no aprovecha los momentos de esparcimiento para sociabilizar con los otros detenidos de su pabellón.

"En este primer mes recibió las visitas de tres amigos (Gustavo Coramidas, Diego Navarro y "el viejo Sofo"), pero ni siquiera lo visitan los tres días de la semana que están destinados a recibir visitas, sino que se turnan. Uno va un lunes, otro un sábado, y luego el otro, el lunes siguiente", dijo una fuente de la investigación a la agencia Télam.

Ninguno de sus familiares se acercó hasta la prisión y sólo sus tres amigos lo fueron a ver, que no le llevan comida para consumir durante la semana.

Durante esos encuentros comparten unos sandwiches en una especie de salón de usos múltiples, con mesas y sillas. Los encuentros duran menos de las dos horas disponibles.

"Una vez terminadas las visitas, Báez deja lo que sobró de comida, y entra, sin nada, nuevamente a su pabellón", contó la fuente consultada.

"Báez come la comida del Servicio Penitenciario Federal, no se queja, y no pide que le traigan algo distinto ni que sus compañeros de celda cocinen algo especial, algo muy común en los pabellones, donde algunos detenidos son muy afectos a cocinar", agregó el informante.

Báez tiene 14 compañeros en el pabellón, todos mayores de 50 y de baja conflictividad, condenados por delitos como evasión o estafa, no por hechos violentos.

"Báez no habla con nadie, sale al patio del pabellón, camina, se sienta, y luego del almuerzo pide ir a su celda, donde duerme una siesta", agregó la fuente, que aclaró que "no es muy común" que los habitantes de una prisión pidan ir a la celda a dormir una siesta, ya que por el mismo encierro prefieren estar en el patio y los lugares más amplios que tienen en el pabellón.

La celda de Báez, tiene una superficie de sólo 7,5 metros cuadrados, y cuenta con una cama, un escritorio, un inodoro y un lavabo antivandálicos, una característica para evitar que los presos los rompan y los usen como armas.

El empresario no tiene libros, televisión ni radio, algo que les proveen siempre sus familiares o amigos, y tampoco mucha ropa sino apenas "tres joggings que se los va cambiando, un par de remeras, un buzo, y zapatillas, todo sin marca", consignó la fuente.

Dijo además que en este primer mes tampoco pidió medicación, fuera de lo que le recetaron los médicos del Hospital Penitenciario Central luego de la evaluación que marcó su ingreso, y que se corresponde con un cuadro de diabetes y presión alta.

"No se quebró nunca, no se lo ve deprimido, ni afligido, y eso llama la atención", soltó la fuente, que señaló que por lo general los presos pasan un período de depresión durante los primeros días en la cárcel, mientras que a Báez se lo nota "totalmente frío, cerrado".

Báez no tiene actividades en la prisión porque, al no estar aún condenado, no tiene obligación de participar de los talleres y otras actividades como el resto de los 1.800 presos que habitan, en diferentes pabellones, el penal de Ezeiza.

"Todos los días algún abogado va a verlo", indicó la fuente, que precisó que "los abogados tienen un margen horario de 8 a 20 horas para visitar al detenido en la prisión".