19 Enero de 2017 15:48
Habla con el Presidente de manera cotidiana y viaja a Buenos Aires una vez por semana para encontrarse con él en Casa Rosada o la residencia de Olivos.
Ernesto Sanz no sólo mantiene su influencia en el rumbo de gobierno de la Alianza Cambiemos: opina sobre los temas políticos pero además gana poder en el área económica.
Casi sin hablar en público -la última entrevista la dio en setiembre de 2017-, el ex presidente de la UCR nacional incrementó en lo que va del año su círculo de relaciones en en gabinete de Mauricio Macri.
Ernesto Sanz hoy con la mesa chica del gobierno. De espaldas Peña y Quintana.
Dos asesores suyos en la campaña para las PASO dentro del Frente Cambiemos fueron designados en puestos clave: primero Nicolás Dujovne en el ministerio de Hacienda y ahora Javier González Fraga en el Banco Nación.
Dujovne y González Fraga trabajaron junto a Sanz y mantiene con el un contacto permanente. Al lado del ex senador mendocino sostienen que era el ahora ministro el que más lo respaldaba con sus opiniones en materia económica.
González Fraga se afilió al radicalismo después de la estrepitosa derrota de la fórmula presidencial que compartió en 2011 con Ricardo Alfonsín. A partir de ese momento, se convirtió en un hombre de consulta permanente de Sanz.
Tanto Fraga como Sanz reconocen que fue el propio Macri el que llamó directamente al sucesor de Carlos Melconián. Pero la relación entre ellos es de los más fluida.
El radical que rechazó ser ministro de Justicia de Macri pasa gran parte de sus días en San Rafael, Mendoza, la ciudad en la que nació y fue intendente entre 1999 y 2003. Sus colaboradores afirman que dedica gran parte de su tiempo a su familia. La semana pasada nació Candelaria, la tercera de sus nietas, y Sanz estuvo junto a los suyos.
En Mendoza, también mantiene su influencia sobre el gobernador Alfredo Cornejo, uno de los radicales que siempre fue aliado suyo en la interna del partido en la provincia.
Viene a Buenos Aires con una agenda apretada que reparte entre los martes y los jueves. Su objetivo principal: participar en la reunión de coordinación de gobierno en la que siempre está presente Macri.
Gestor fundamental de la Alianza Cambiemos, Sanz eligió un rol que está en el extremo opuesto al que ocupa la otra gran socia de la coalición gobernante, Elisa Carrió.
Mientras el mendocino rechazó un cargo en el gabinete y se recluyó en el silencio, la jefa de la Coalición Cívica hace temblar los cimientos del edificio de gobierno cada vez que habla.
Por eso, aunque lo niegan a uno y otro lado, BigBang pudo saber que la relación entre Sanz y Carrió hoy no pasa por su mejor momento.
Ultima foto de Macri, Sanz y Carrió, en octubre. Los aliados del Presidente están distanciados.
Sanz siente que ya logró lo más dificil en torno a Lilita: incluirla dentro de la alianza y contenerla mientras fue posible hasta que Macri ganó la presidencia. "Ahora ya está", suele decir.
Sólo cuando el Presidente le pide que se reunan los tres, la foto de las tres cabezas de la alianza vuelve a reeditarse. Mientras tanto, cada uno por su lado y con su lógica.
Carrió tiene un lugar de alta exposición e incide con sus denuncias o críticas en el debate público, como en el caso Gustavo Arribas, donde irá a la Justicia el martes próximo para ratificar ante el juez Sergio Torres la denuncia penal contra el jefe de la ex SIDE. Sanz, en cambio, no habla pero incide cada vez más por lo bajo.