26 Agosto de 2019 09:46
El candidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández, rechazó la posibilidad de un “cogobierno” con Mauricio Macri hasta el 10 de diciembre y aseguró que si es electo, Cristina Kirchner “no tendrá un papel decorativo”. Además, negó que la ex presidenta vaya a definir el eventual gabinete. Cuál va a ser la política económica, los “presos K” y Venezuela.
En una extensa entrevista con Luis Majul en América TV, Fernández rechazó por completo la posibilidad de un “cogobierno” con Macri hasta el 10 de diciembre porque no comparte su política económica, y calificó la gestión de Cambiemos como “el arte de la improvisación”. “Lo único que produjo fueron pobres”, remarcó el candidato a presidente.
“No sé qué nivel de inflación me van a dejar, qué nivel de desocupación va a quedar, la pobreza algunos auguran que va a llegar a 40 por ciento, no sé cuánto va a quedar de reservas, ellos tampoco lo saben”, apuntó Fernández, que pidió “parar la expectativa” e insistió que si es electo convocará a un acuerdo con empresarios, sindicatos y el Estado.Lázaro Báez debería estar en libertad; De Vido está detenido de manera arbitraria".
El candidato insistió en “desdolarizar las tarifas” de los servicios públicos y afirmó que los empresarios energéticos ganaron mucho dinero durante el gobierno de Macri. De todos modos planteo que no evaluaba un congelamiento tarifario, aunque sí retomar un programa de subsidios. “Hay que llevar las tarifas a una racionalidad en función de los ingresos”, afirmó.
“CRISTINA NO VA A TENER UN PAPEL DECORATIVO”
El candidato presidencial volvió a rechazar la posibilidad de que Cristina Kirchner decida quiénes serán los integrantes del Gabinete, aunque aclaró que la consultará. “Es mi amiga, ¿cómo no la voy a consultar?”, justificó Fernández, aunque evitó dar nombres propios respecto a posibles funcionarios. “Entiendo la ansiedad, pero hoy soy solo un candidato, si tuviera que armar un gabinete lo haría con mis amigos, cuando sea electo lo voy a hacer con los mejores”, remarcó.
En este sentido, aseguró que Cristina Kirchner “no tendrá un papel decorativo” como vicepresidenta. “Nunca la escuché a Cristina pedir que le guarde tal ministerio, pero en su momento lo hablaré con ella”, agregó.
Venezuela no es una dictadura, pero es un gobierno autoritario".
LO MÁS DESTACADO DE FERNÁNDEZ CON MAJUL
“De Vido no es un preso político, pero está detenido de manera arbitraria”. “Lázaro Báez debería estar en libertad, porque está hace más de dos años preso, no se está cumpliendo con el Pacto de San José de Costa Rica”. “La 'Doctrina Irurzun' (que establece que se puede detener preventivamente a una persona porque en libertad podría entorpecer la investigación o fugarse) se estudia en la Universidad como un horror jurídico. Es patético”. “No puedo decir que Lázaro Báez lavaba dinero, hizo obras por $4.000 millones y Cristina recibió alquileres por $29 millones. “Estoy en contra de que, desesperado por seducir a los que no los votaron, el Gobierno haga un desastre mayor en la economía”. “Boudou está condenado, no está firme, pero está condenado. Ricardo Jaime tiene una condena y procesos abiertos. (Roberto) Baratta está detenido sin condena y podría estar en libertad. La detención de Lázaro Báez fue el resultado de presiones del gobierno”.VENEZUELA Y EL ROL DE LA JUSTICIA
Fernández aseguro que en Venezuela hay un “gobierno autoritario”, aunque evitó calificarlo como una “dictadura”. “Es difícil calificar de dictadura a un gobierno elegido, un gobierno elegido puede devenir en un gobierno autoritario, las instituciones están funcionando allá, después discutimos cómo funcionan”, señaló el candidato, que insistió en que “la solución de Venezuela la tienen que encontrar los venezolanos”, y rechazó “correr detrás de Donald Trump promoviendo el embargo”.Además, Fernández insistió en cuestionar a algunos jueces y fiscales federales: “En la Argentina la regla siempre fue que todos tienen que estar en libertad hasta que se pruebe su culpabilidad. En algún momento, en el gobierno de Macri, esa lógica cambió. Inventaron una teoría que decía que alguien que había estado en la función pública podía tener un poder residual que entorpeciera”.