Tres días antes del primer paro nacional, Mauricio Macri logró llevar a Casa Rosada a Gerardo Martínez. De impecable traje negro, sin barba y mucho más flaco que hace unos años, el líder de la UOCRA participó hoy del anuncio del Acuerdo Federal para la Construcción que acaba de lanzar Cambiemos con el objetivo de construir 100 mil viviendas.
Macri no sólo lo sentó en primera fila junto a los funcionarios del gobierno nacional: en medio de su discurso, se refirió a él y se permitió incluso darle un tirón de orejas en público.
Martínez saluda al Presidente hoy en la Rosada. Macri lo nombró en el acto.
"Respeto, compañeros sindicalistas, su decisión de hacer un paro el día jueves, pero no la entiendo y no ayuda en nada a los trabajadores. Un paro que va a costar más de 15 mil millones de pesos que podríamos aplicar a hacer más obras de las que estamos haciendo, porque este trimestre, Gerardo, este primer trimestre del 2017 estamos batiendo el récord de la historia de la obra pública en la Argentina", dijo.
Es la segunda vez en menos de una semana que Macri y Martínez coinciden en público.
El líder la UOCRA con CFK durante un acto en su sindicato.
La semana pasada, el Presidente lo subió al avión que llevó a la comitiva oficial a Holanda. Allí, el Presidente volvió a mencionar al ex jefe de la CGT oficialista durante la segunda presidencia de Carlos Menem. "La experiencia de diálogo de ustedes es importantísima", le dijo Macri al premier holandés y mencionó a Martínez como uno de los dirigentes que "cree que con el diálogo vamos a llegar lejos".
La cercanía del presidente y el líder de la UOCRA, en la semana del paro nacional, puede sorprender a muchos, pero es parte de una trayectoria en la que el sindicalista acompañó siempre a todos los gobiernos que lo invitaron a su mesa.
Martínez con camisa verde desprendida, en la casa de José López en Dique Luján.
Martínez fue hasta el 10 de diciembre el sindicalista preferido de Cristina Kirchner.
Nada de eso le impidió hacer el luto en cuestión en tiempo récord. En febrero de 2016, cortó con el pasado: "Cristina es una compañera que respeto, admiro y quiero, pero no la extraño”, dijo.
Martinez estuvo entre los gremialistas más cercanos a la ex presidenta y afianzó su relación con el kirchnerismo después de la ruptura con Hugo Moyano.
El Presidente, Gerardo Martínez (des espaldas) y José López. Se ríen.
El vínculo no sólo era estrecho con CFK, sino también con los responsables de la obra pública durante los 12 años en que gobernó el Frente para la Victoria: Julio De Vido y -especialmente- José López.
Martínez quedó inmortalizado en la casa que el ex secretario de Obras Públicas tiene frente al Río Luján durante un asado el que López canta mientras disfrutan de un asado regado con champan y buen vino. Las imágenes, que López guardaba en uno de sus teléfonos, se conocieron después de que el ex funcionario apareciera con US$ 9 millones en un convento de General Rodríguez.
La relación con el presidente Macri, sin embargo, no empezó ahora. Ya en tiempos en que el Presidente era jefe de Gobierno se lo podía ver entendiéndose de memoria con Martínez.
Pese a las enormes cifras de trabajo en negro que caracterizan a su gremios (alrededor del 40%), el jefe de la UOCRA puede argumentar que hace lo mejor para sus afiliados. No es ese el dato que más lo comprometen. Martínez carga además con una denuncia por su pasado como miembro del Batallón de Inteligencia 601 durante los últimos años de la dictadura militar.
Aunque logró ser sobreseído por el juez federal Ariel Lijo en la causa en la que se lo vinculaba a la desaparición de 105 obreros de la construcción, el sindicalista aliado de Macri y CFK no logró despejar los cuestionamientos.
Martínez, sindicalista preferido de CFK después de la ruptura con Moyano.
De acuerdo al legajo microfilmado del Departamento de Personal de la Dirección de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército que se conoció en 2012, Martínez ingresó con 25 años en la inteligencia militar bajo el seudónimo de “Gabriel Antonio Mansilla” y que se desempeñaba como “agente de reunión en ámbito gremial”.
El legajo precisa en su Foja 1 que “está vinculado con el mayor Roberto Edgardo Gordillo -preso y procesado en Santiago del Estero por delitos de lesa humanidad-, que fue quién recomendó a Martínez” y en su Foja 7 que el represor es una de las “personas que pueden avalar antecedentes morales o ideológicos” del sindicalista. Según ese documento, trabajó entre 1981 y 1984 en el Destacamento de Inteligencia 201 de Campo de Mayo.
Un joven Gerardo Martínez.
La denuncia contra uno de los sindicalistas preferidos de la ex Presidenta de la Nación había sido presentada en julio de 2011 por organismos de derechos humanos y por el SITRAIC, un gremio paralelo que está enfrentado con la conducción de Martínez.