15 Febrero de 2017 11:44
Sin dudas, fue uno de los veranos más calientes para el ex jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Oscar Parrilli. Sólo en unos días, el hombre de máxima confianza de Cristina Kirchner cobró una mayor notoriedad tras la difusión de las escuchas a su teléfono, donde se pueden oír conversaciones con la ex presidenta en la que se habla de causas armadas y se mencionan a ex espías y jueces.
La espuma parece no bajar. Tras la divulgación de esas conversaciones privadas se inició una catarata de causas judiciales que lo tienen como protagonista y en la mira, tanto a él como a su jefa política. Las últimas semanas de Parrilli transcurrieron entre presentaciones judiciales, recusaciones a jueces, acusaciones al Gobierno y entrevistas.
El ex jefe de los espías durante el último tramo de Cristina Kirchner en el Gobierno ayer se reunió con la ex presidenta en el Instituto Patria, en el primer encuentro entre ambos que deja una foto pública tras la difusión de la conversación donde ella le dice, entre otras frases, “soy yo, Cristina, pelotudo”, que circuló a mediados de enero y provocó fuertes críticas desde el kirchnerismo hacia el macrismo, el mundo de los espías y un sector del Poder Judicial.
Parrilli fue uno de los funcionarios clave durante el Gobierno de Cristina. En el kirchnerismo creen que justamente esa era la verdadera razón por la que tenía el teléfono pinchado. “Querían saber qué hablaba con Cristina”, le dijo días atrás a este sitio un diputado del Frente para la Victoria. Lo cierto es que el año pasado, Parrilli acumuló apenas un puñado de causas judiciales y su nombre trascendió más por la defensa, mediática y judicial, que hizo hacia la ex presidenta.
Sin ir más lejos, en casi todas las citaciones que debió cumplir Cristina en Comodoro Py, Parrilli fue a acompañarla.
Parrilli es, desde hace años, el hombre de máxima confianza de Cristina Kirchner.
Tal vez la más picante de las imputaciones fue la de encubrimiento al ex prófugo Ibar Esteban Pérez Corradi, quien era buscado y acusado de ser el autor intelectual del triple crimen de la efedrina, quien fue capturado a mediados del año pasado. En ese expediente finalmente fue procesado nueve días atrás, por el juez federal Ariel Lijo, quien había ordenado intervenir su teléfono en 2016.
Tras un año duro para el kirchnerismo en términos de lo que consideran un “avance judicial”, enero parecía un oasis en medio del desierto. Con la feria judicial en proceso, las novedades desde Comodoro Py serían nulas o muy escasas. Sin embargo, la difusión de los audios el 23 de enero, arruinó esos planes y abrió nuevos frentes judiciales, pero también políticos.
Así, las últimas semanas del hombre que manejó la Agencia de Inteligencia estuvieron más que cargadas. La estrategia fue recusar al juez Lijo. En la presentación, que BigBang publicó semanas atrás, asegura que el juez perdió “imparcialidad de criterio” y que hay “un cuadro de sospecha de parcialidad”.
Una semana atrás, Parrilli apuntó contra el Gobierno, la Justicia y la AFI por la filtración.
Pero Parrilli también apunta hacia el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti. De hecho, también hizo una presentación ante el máximo tribunal de Justicia donde cuestiona la “particularidad del entramado” en que se ordenaron las intercepciones telefónicas.
El kirchenrismo fue claro: no importa el contenido de los audios, sino cómo trascendieron y con qué objetivo se llevaron a cabo. Y cuestionan, además, que las escuchas se realizaran “online”, es decir, en vivo, durante las 24 horas.
Pero además, el hombre de máxima confianza de Cristina comenzó a tener mayor presencia en los medios. Radios, diarios, medios internacionales y una conferencia de prensa que se llevó a cabo en el Congreso, la misma tarde que el fiscal de la causa, Guillermo Marijuan, ordenó su detención porque consideró que podía "entorpecer la causa". La novedad, en este sentido, es que en las últimas horas la fiscal federal de Río Gallegos, Patricia Ramallo, resolvió investigar la denuncia presentada por la ex presidenta por las escuchas a Parrilli.
Además, Parrilli acumula un puñado de causas judiciales en su contra.
LAS OTRAS CAUSAS DE PARRILLI
Lo cierto es que más allá de las escuchas, motivadas por la causa del ex prófugo Pérez Corradi, en la Justicia hay otras investigaciones donde figura el nombre de Parrilli. Una de las recientes tiene que ver con un pedido del fiscal Gerardo Pollicita para investigarlo, junto a otros funcionarios, en el marco de la denuncia que había presentado el fallecido fiscal Alberto Nisman por presunto encubrimiento del Gobierno de Cristina en la causa AMIA.
Allí, Pollicita incluyó a ex funcionarios que incluso Nisman había dejado afuera de la acusación, que apuntaba a Cristina, Andrés “Cuervo” Larroque y Héctor Timerman, entre otros.
Otra de las denuncias contra Parrilli es por Abuso de poder cuando estuvo al frente de la AFI. Lo acusan de hacer contrataciones irregulares, en las que “no se respetó el principio de transparencia e idoneidad”. Otra de las denuncias es por una serie de importaciones secretas que hizo durante 2013, cuando era Secretario de la Presidencia.