16 Octubre de 2018 06:25
Elisa Carrió formalizó hoy el pedido de juicio político contra el ministro de Justicia, Germán Garavano, a quien acusó de vulnerar la independencia del Poder Judicial mediante la intervención en diferentes causas. La líder de la Coalición Cívica le había pedido a Mauricio Macri la renuncia del funcionario, aunque luego aclaró que era una “broma”.
Tras una semana de intensas internas dentro de Cambiemos, Carrió presentó el pedido de juicio político contra Garavano. La diputada cree que existe una intención del ministro para garantizar impunidad a ex funcionarios y miembros de la familia judicial. La interna se desató luego de que el funcionario dijera en una entrevista que “no es bueno que un ex presidente sea detenido”.
Garavano, en la mira: hoy Carrió pedirá su juicio político.
El pedido ingresó a la comisión de Juicio Político que preside el macrista Pedro Pretto, de Córdoba. Sin embargo, dos de las espadas parlamentarias del oficialismo en la Cámara de diputados ya adelantaron que no respaldará la iniciativa. El presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales, Pablo Tonelli, directamente calificó como una “exageración” el pedido anunciado por Carrió, mientras que Daniel Lipovetzky sostuvo que “no existen fundamentos” para avanzar en el juicio político.
El sábado, en la mesa de Mirtha Legrand, Carrió confirmó que presentará el pedido este martes, y volvió a apuntar contra Garavano y contra el presidente de Boca, Daniel Angelici, a pesar de que había prometido el jueves bajar el tono “unos días”. “(Garavano) nunca fue ministro, la Justicia la maneja Angelici”, disparó.
LA HISTORIA DETRÁS DE LA DISPUTA
La pelea entre Carrió y Garavano tuvo como foco inicial el juicio por encubrimiento del atentado a la AMIA, donde están siendo juzgados Carlos Menem, los ex fiscales Eamon Müllen y José Barbaccia y el ex jefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy, entre otros. En abril del año pasado la diputada denunció a Garavano ante la Oficina Anticorrupción por un supuesto conflicto de intereses en una resolución que le daba a la Unidad AMIA la potestad de ser la única responsable en la querella. En la denuncia que fue desestimada hacía referencia a la salida de la abogada Mariana Stillman, de su confianza, quien hoy trabaja en su despacho.
Carrió dijo que se amigará con el presidente cuando "saque" a Garavano.
Si bien Stillman continuó trabajando, este año continuaron los cruces debido a que Garavano le exigió al titular de la Unidad AMIA, Mario Cimadevilla, que revocara el poder del abogado Enrique Ventos para representar a la querella y en cambio se los transmitiera a los abogados Horacio De Filipo y José Console, que escandalosamente desistieron de exigir pena a varios de los acusados en el juicio. La designación de Console, secretario del Tribunal Disciplinario de Boca - cercano a Angelici - hizo estallar a Carrió otra vez.
Otra de las razones que provocaron el enojo de la diputada con el ministro es que Garavano habilitara al ex juez Norberto Oyarbide a jubilarse antes de que se avance en las denuncias que el magistrado acumulaba en el Consejo de la Magistratura por mal desempeño.
Carrió acusará a Garavano por interferir en causas judiciales.
Además, la designación de la ex procuradora general bonaerense, María del Carmen Falbo, como asesora del ministro, también provocó ira en la legisladora y una de las creadoras de Cambiemos.
Pero por si fuera poco, a Carrió le provoca malestar un supuesto vínculo entre Garavano y el ex presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, devenido en magistrado del máximo tribunal semanas atrás.
El último de los episodios que provocó el enojo de la diputada fueron las declaraciones de Garavano sobre los ex presidentes y la posibilidad de que sean detenidos. “Los dichos de Garavano son una vergüenza para la República y la división de poderes”, consideró Carrió.
