En las últimas horas, Elon Musk, empresario y CEO de grandes compañías como Tesla y Space X, fue objeto de atención por sus declaraciones y prácticas relacionadas con las extensas jornadas laborales y su postura sobre los días festivos.
En diversas entrevistas, Musk compartió detalles sobre su rutina de trabajo, destacando que duerme aproximadamente seis horas por noche y trabaja los siete días de la semana, tomando solo dos o tres días libres al año. Mencionó que, en ocasiones, trabajó hasta 120 horas semanales y que no se tomó más de una semana de vacaciones desde 2001, cuando contrajo malaria.
Esta dedicación extrema al trabajo también se refleja en sus expectativas hacia sus empleados. Por ejemplo, en su rol como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) en el gobierno de Donald Trump, Musk busca activamente que los empleados trabajen 120 horas semanales sin remuneración, enfatizando la necesidad de contar con trabajadores con alto coeficiente intelectual dispuestos a aceptar retos y a trabajar más de 80 horas semanales sin compensación: esto sería posible trabajando 20 horas al día, durante 6 días o 17 horas al día de lunes a domingo.
Además, el dueño de X criticó el trabajo remoto, calificándolo de "moralmente incorrecto" y destacando que los empleados son más productivos cuando trabajan en oficinas o empresas. Considera que es un error que algunos puedan trabajar desde casa mientras otros, como quienes preparan y entregan alimentos o realizan reparaciones, no tienen esa opción.
Estas declaraciones y prácticas generaron diversas opiniones. Mientras algunos elogian su firmeza y ética de trabajo, otros lo critican por exceder el marco legal laboral y por promover una cultura que podría afectar la salud y el bienestar de los empleados. La implementación de jornadas laborales tan extensas y la eliminación de días feriados fueron objeto de debate en relación con los límites saludables del trabajo y el equilibrio entre la vida laboral y personal, ya que durante años y con la lucha obrera y sindical de por medio, se consiguió la reducción de jornada a las 40 horas semanales.
Elon Musk adoptó y promovió una filosofía de trabajo que implica largas jornadas laborales y una visión crítica hacia los días festivos y el trabajo remoto, lo que abrió debates sobre las implicaciones de estas prácticas en el bienestar de los empleados y en la productividad empresarial.
Esto podría perjudicar a los argentinos, ya que el presidente es la copia barata de un empresario que entró al poder para manejarlo a su gusto. En reiteradas ocasiones, Javier Milei se mostró idolatrando al empresario yankee, perdiendo así todo tipo de jerarquía y poniéndose a los pies del capitalista millonario. En este contexto, el libertario, desde su asunción, intentó copiar a sus ídolos estadounidenses como Donald Trump implementando políticas de desregulación y reducción del tamaño del Estado que guardan similitudes con las iniciativas de eficiencia gubernamental promovidas por Musk.
Estas políticas fueron reconocidas internacionalmente y generaron interés en líderes globales. Elon Musk, en particular, elogió públicamente a Javier Milei y compartió contenido relacionado con sus discursos y entrevistas en sus redes sociales. Por ejemplo, un video de una entrevista del líder de las fuerzas del cielo en la que criticaba el concepto de justicia social, a lo que Milei respondió: "Tenemos que hablar, Elon...", con esto y otro tipo de intercambios dejaron en claro que tienen intenciones de trabajar juntos, lo que podría significar la llegada de las empresas del CEO sudafricano a Argentina.