Las protestas del lunes pasado, que incluyeron un tibio paro de 24 horas al que no se sumó el sector del transporte, provocaron una fuerte crisis puertas adentro de la CGT, comandada por el triunvirato de Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña. Ayer el metalúrgico Francisco “Barba” Gutiérrez tuvo un fuerte cruce con la conducción de la central obrera y anunció su renuncia a la Secretaría del Interior.
Por eso, y con el foco puesto en garantizar la “unidad” del triunvirato conductor que asumió hace apenas un año y cuatro meses, la CGT comenzó ayer a delinear una estrategia para evitar una crisis que, especulan dirigentes cercanos a la central, podría estallar cuando el Gobierno ponga sobre la mesa el debate por la reforma laboral, que iba a tratarse este mes, pero que finalmente fue postergada.
El "Barba" Gutiérrez cuestionó que no se sumara el sector del transporte al paro del lunes y martes.
Esa estrategia incluirá encuentros que busquen calmar las aguas gremiales, en un marco de fuerte división puertas adentro de la central. En los últimos siete días, la conducción fue cuestionada por la tibieza con la que respondió al proyecto de reforma previsional, en un contexto de masivas protestas, agresiones y represión por parte de las fuerzas de seguridad. Inclusive, un dirigente reprochó ante BigBang que la cúpula del sindicalismo no se hubiera reunido el fin de semana para delinear un plan “activo” en las calles el lunes pasado.
Por eso, no se descartaba un encuentro entre la conducción actual con los ex líderes de la central, que en agosto del año pasado dejaron a la CGT en manos de Acuña, Daer y Schmid. Se trata de tres nombres de fuerte peso en el sindicalismo: Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Antonio Caló.
Moyano, Caló y Barrionuevo podrían reunirse con el triunvirato conductor para garantizar la unidad.
El objetivo es garantizar la unidad del triunvirato actual y frenar la interna puertas adentro, entre los sectores más “dialoguistas” con el Gobierno y aquellos con posiciones más firmes. Uno de los reproches que le hicieron ayer al “Barba” Gutiérrez fue que movilizó a la UOM de Quilmes a la zona del Congreso el lunes, cuando se había acordado parar pero no marchar. Ocurre que en esa línea se encuentran otros hombres que integran la central, como el secretario general de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, con una postura mucho más clara contra varias medidas del Gobierno. De hecho, entre el lunes y hoy respaldó una protesta de los trabajadores del Banco Provincia, que fueron alcanzados por una reforma en la edad jubilatoria impulsada por el Ejecutivo bonaerense.
En el Congreso de la Nación hubo incidentes y la Policía de la Ciudad reprimió las protestas.
Ese encuentro entre los dirigentes sindicales de mayor peso del país podría producirse esta misma semana o a más tardar la que viene. “Falta conducción, se podría haber hecho un paro de 12 horas, de la mañana a la noche, sin inconvenientes y movilizando”, se quejó otro gremialista en diálogo con este medio. Inclusive, hay sectores dentro del sindicalismo que creen que si hubiera estado presente la CGT en las inmediaciones del Congreso, los incidentes hubieran sido menores y más contenidos, o directamente no hubieran existido.
Aunque evitan hablar de fragilidad, las marchas, protestas e internas que se vivieron en el sindicalismo en los últimos diez días volvieron a provocarle un golpe a la central obrera. Sectores como la UOM y la Corriente Federal, que conduce Palazzo, fueron los que más presionaron para convocar a un paro, aunque el resultado también fue magro, ya que no se sumó a las protestas la Unión Tranviarios Automotor (UTA), lo que garantizó el transporte - colectivos y trenes - en una jornada más que caliente.