Si el gobernador Daniel Scioli se impone en las elecciones del próximo domingo no sólo habrá superado a Mauricio Macri y a Sergio Massa, sus principales contrincantes.
También habrá derrotado a la “maldición de los gobernadores de la provincia de Buenos Aires”. Esa ley no escrita que dice que ningún mandatario bonaerense puede llegar a la presidencia mediante el voto popular.
Eduardo Duhalde fue gobernador durante dos períodos en Buenos Aires (entre 1991 y 1999) y fue derrotado por Fernando de la Rúa en 1999, cuando se presentó como candidato a presidente.
De todos modos, el 2 de enero de 2002 llegó a la presidencia pero tras ser elegido por la Asamblea Legislativa, luego de la salida apresurada del mandatario radical. En las elecciones generales de 2011 se presentó como candidato y apenas obtuvo el 5,86 por ciento de los sufragios.
Hay que remontarse al siglo XIX para encontrar otro gobernador bonaerense que haya llegado a la Presidencia. Fue durante esos años de guerras internas y enfrentamientos entre Buenos Aires y el resto del país, cuando Bartolomé Mitre se convirtió en gobernador de Buenos Aires en 1860.
Dos años más tarde se convirtió en presidente de la Argentina, al asumir el 12 de octubre de 1862, tras haber derrotado en la batalla de Pavón a Justo José de Urquiza, el años anterior.