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Enigma Vidal: cómo hizo una "chica bien" de Capital para conquistar el barro bonaerense

Amenaza con arrebatarle de las manos la provincia de Buenos Aires al peronismo. Paso de ser funcionaria macrista a referente en el distrito más importante del país. La receta para conectarse con el electorado.

11 Agosto de 2015 12:25
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Termina el último mate y antes de saludar, María Eugenia Vidal no se olvida de llevarse el papelito azul en el que Marita, una vecina de Merlo, le anotó una extensa lista de exigencias de los vecinos de la cuadra. Es la candidata a gobernadora que en las PASO del domingo rozó la línea de los 30 puntos cuando hace tan sólo dos años su nombre pasaba desapercibida en el distrito más importante del país.

Autoexigente, aplicada y estudiosa, BigBang te cuenta quién es la mujer que amenaza con quitarle la hegemonía provincial al peronismo en el Conurbano bonaerense y que, con 41 años, se transformó en la gran sorpresa de las PASO.

Cercanía con el electorado, la clave fundamental de los buenos números de Vidal.

Los datos fríos son elocuentes: Vidal obtuvo en territorio bonaerense el mismo porcentaje de votos que Cambiemos en todo el país: poco más de 2.300.000 votos bonaerenses sobre algo más de 6.500.000 a nivel nacional. Estos números consolidaron de muy buena forma al frente opositor de cara a octubre y lo hizo en el distrito más conflictivo y peronista de la Argentina. El desafío más grande de su corta carrera política.

La candidata del PRO logró entrar en sintonía con los vecinos de la provincia.

“Supo llegar a la gente porque se signó a una estrategia y la cumplió. Nunca se salió de su eje, recorrió estos meses de campaña con metas claras: llegó a los medios, emitió siempre el mismo mensaje y lo hizo de forma comprensible”, con estas palabras una fuente íntima de la candidata a gobernadora intenta explicar su fenómeno. En ese marco, el asesor estrella del PRO, Jaime Durán Barba, siempre le repitió la misma consigna a Vidal: reforzar su aspecto de “cercanía” y sumarle, en una segunda etapa, la idea de que puede resolver los problemas.

Risas. Vidal se muestra relajada, pero prepara durante horas cada visita a la provincia.

A comienzos de 2014, luego de que Gabriela Michetti se negara, Mauricio Macri le asignó la tarea más compleja que nadie quería hacer: ser la candidata de su espacio en la provincia de Buenos Aires.

Al igual que lo hacía antes de cada examen de la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad Católica Argentina (UCA), Vidal aceptó el desafío convencida de que iba a aprobar. Como no suele improvisar, llega a estudiar línea por línea sus propuestas hasta altas horas de la madrugada.

Una de las favoritas. Vidal es una de las funcionarias macristas en las que más se apoyó Macri.

En el PRO están convencidos de que su gran performance se debió a que reunió todas las características de una funcionaria en una sola persona. “Es joven, madre, profesional, aplicada y simpática, reune todas las cualidades en una sola persona”, sostuvo en diálogo con BigBang Santiago López Medrano, candidato a diputado provincial y subsecretario de Fortalecimiento Familiar y Comunitario Ministerio de Desarrollo Social del macrismo. Y agregó: “la gente dice ´sí ella pudo yo también´”. 

Arquitecta de su futuro. Vidal construyó su propio éxito. 

En su entorno aseguran que su cercanía con los vecinos surge de manera natural, y que nada es actuado. Y aceptan que la gente pudo haberse inclinado por afinidad más que por sus propuestas. Además del ecuatoriano, integran su entorno más íntimo el legislador porteño Federico Salvai -su mano derecha y asesor de máxima confianza-, la ministra de Desarrollo Social porteña, Carolina Stanley, y Fernando de Andreis, ex jefe de campaña de Rodríguez Larreta, quien se encargó del área de comunicación de la Provincia.

Sentido de pertenencia con la gente fue lo que Durán Barba le recomendó a Vidal. 

Para el tramo final de campaña Vidal dio la orden de que no realizar actos multitudinarios. Prefiere las recorridas por los barrios ya que cree que allí encontró la clave de su éxito. Inclusive los números para Vidal fueron tan buenos que en la tercera sección donde el panorama asomaba aterrador la candidata obtuvo 24 puntos.

Su carrera en la política se forjó a través del trabajo y un perfil bajo. Fue ministra de Desarrollo Social, luego en 2011 electa vicejefa, y de ahí a referente en la provincia de Buenos Aires. Todo en cuestión de ocho años. Ahora está frente al desafío más importante, el mismo que la alejó de su familia. “Son cuestiones de la política”, cuentan, aunque Vidal sabe que el tiempo que pierde con su familia no puede recuperarse.

Familia. Ramiro Tagliaferro, su esposo y candidato a intendente de Morón, junto a sus tres hijos. 

En el último tiempo su esposo, Ramiro Tagliaferro, quien ganó cómodo la interna de Cambiemos en Morón y fue el candidato más votado en el distrito, tomó las riendas de la familia y se ocupó de los tres hijos del matrimonio los sábados y los domingos cuando María Eugenia debía destinar tiempo a las recorridas por las calles bonaerenses.

Ahora Vidal busca profundizar con su mensaje en la provincia.

En el futuro intentará llegar con un mensaje más claro en aquellas zonas en las que los resultados no fueron tan buenos. Por estas horas en el PRO realizan una revisión de datos para conocer cuáles son esas zonas a las que deberán apuntar sus cañones. Su éxito dependerá de su labor y de los números que obtenga el PRO en octubre. De todas formas en el peor de los casos Vidal ya tiene reservada un lugar de peso en el futuro gabinete de Horacio Rodríguez Larreta.

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