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Entre el paro y el apoyo al Gobierno: la grieta llegó hasta la familia Moyano

Hugo, Facundo y Pablo expresaron posiciones más que diversas de cara a la negociación entre la CGT y el Gobierno por el bono de fin de año. Qué dijo cada uno y qué los diferencia.

13 Octubre de 2016 07:44
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Una grieta familiar. Por estas horas, los Moyano se encuentran divididos. ¿El motivo? La negociación con el Gobierno, que ayer tuvo un avance, con el bono de fin de año y la exención de Ganancias en el medio aguinaldo de diciembre para un sector de los trabajadores que tributan ese impuesto. Sin embargo, las posiciones son muy distintas puertas adentro de la familia camionera.

Ni secretos ni pistas. Los tres fueron más que claros respecto a las políticas económicas y la relación del Gobierno con la CGT. El más cercano al presidente Mauricio Macri es Hugo, quien lógicamente aún conserva mucho poder al interior de la central obrera de la calle Azopardo.

Moyano evitó criticar con dureza al Gobierno de Macri y pidió prudencia a quienes piden el paro.

Dos meses atrás compartió un almuerzo con Macri en Olivos. Allí compartieron milanesas y conversaron de fútbol, en un contexto donde la CGT comenzaba a reunificarse en un triunvirato. En aquel entonces, la amenaza de paro aún no se había convertido en una alarma para el Gobierno. Sin embargo, para muchos sectores de la central obrera la preocupación por el desempleo y el incremento en las tarifas ya ameritaba una reacción.

Semanas atrás, cuando el clima ya se había caldeado lo suficiente y desde la CGT habían amenazado en tres ocasiones concretas con una medida de fuerza, Moyano reapareció en un programa de TV y pidió no “apurar ni presionar” a la CGT para ir al paro.

Grieta abierta. Facundo Moyano, Pablo Moyano y Hugo Moyano se expresaron de modo muy distinto.

En un sentido similar se había expresado Facundo Moyano, el titular del sindicato de Peajes y diputado nacional por el Frente Renovador, se había manifestado en un sentido similar ni bien las amenazas de paro comenzaron a subir de tono. Luego, pisó el acelerador, cuando señaló que si no había bono de fin de año el conflicto sería inevitable.

Sin embargo, fue Pablo Moyano el que salió a exponer las diferencias al interior de la familia sindical. Sin pelos en la lengua, el fin de semana dijo que “la CGT no tuvo huevos para pararle al Gobierno”, y anticipó que si no había una solución al conflicto renunciaría al cargo y se llevaría a Camioneros de la CGT.

Pablo Moyano fue el más crítico: "La CGT no tiene huevos para parar", dijo días atrás.

Tiempo atrás, y pese al tono crítico del triunvirato que conduce la central obrera, fue Hugo el que le habría planteado al propio presidente que “las cosas no están tan mal como algunos piensan”.

Alejado de esa opinión se encuentran sus dos hijos. Por un lado, Pablo se mostró indignado con el acuerdo alcanzado ayer, señaló que “es vergonzoso” y que son “migajas”. “No estoy de acuerdo con lo que firmó la CGT”, disparó ayer. 

Hugo y Pablo, divididos por las políticas del Gobierno.

Ocurre que para Pablo es necesario un acuerdo que incluya a todos los trabajadores. Pero tampoco lo convence el bono de $1.000: él pedía “como mínimo $4 mil o $5 mil pesos”. Por eso, la propuesta que acordó ayer el triunvirato cegetista con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, le pareció un “bonito, no un bono”.

Facundo Moyano ayer se mostró crítico, aunque cauto con el acuerdo que pueda existir con  el Gobierno.

Antes de la reunión de ayer, Facundo dio algunas señales de coincidencia con su hermano mayor, al reconocer que “todo lo que se pueda conseguir no va a ser suficiente”. “Podemos aspirar a negociar un bono, excluir el medio aguinaldo de Ganancias, pero no cambia la situación general en cuanto a las medidas económicas del Gobierno”, opinó el diputado en diálogo con radio Nacional. Hugo, en cambio, aún no dio señales: prefirió el silencio.

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