12 Agosto de 2019 00:20
Fin de época, catástrofe electoral, partido casi liquidado y temor por lo que puede suceder hoy por la mañana cuando abran los mercados. El presidente Mauricio Macri quedó a 15 puntos de distancia del candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y dejó casi decretada su victoria en octubre; fue un lapidario 47%-32%. La suerte de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, fue aún más dura; casi uno de cada dos bonaerenses votaron por el ex ministro Axel Kicillof. El conteo del escrutinio provisorio marcaba 49 a 32.
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Las generales tendrán una particularidad: el voto en blanco comienza a contar por lo que los porcentajes de mantener los votos serán aún mayores. A Fernández le alcanza con mantener su perfomance para lograr una victoria en primera vuelta.
El dólar volverá a ser la obsesión de la Casa Rosada. La estabilidad cambiaria que le permitió llegar a Macri a las PASO con la esperanza de algun chance, quedará supeditada a lo que logre hacer esta mañana el presidente del Banco Central (BCRA), Guido Sandleris, cuando en el mercado fuera de cierre la divisa cotizaba por encima de los $48.
El panorama fue tal que sin datos oficiales disponibles el propio Macri salió al escenario junto a Vidal y al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y aceptó una dura derrota. “Tuvimos una mala elección”, manifestó el mandatario casi al inicio de su discurso en el que luego agregó: “me duele no haber tenido el apoyo que esperábamos”.
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Luego de “mandar a dormir” a su militancia en Costa Salguero, y todavía sin un dato oficial, fue el turno de subirse al escenario de Elisa “Lilita” Carrió. “Quiero llevarles a lo que dije cuando vote. La única certeza es que la República democrática gana por más del 50% en los comicios. Hubo otras elecciones así de parejas”, bramó Carrió ante una militancia que no respondía más allá de algunos gritos. Nadie recordaba una derrota tan fuerte de un Gobierno como la que sufrió esta noche el oficialismo.
Vidal ni siquiera atinó a decir una palabra.
El primer análisis oficial que hicieron cerca de los principales referentes del Gobierno es que se trató de una elección en donde el voto castigo, voto bronca y el voto vergüenza no se volcó hacia los candidatos de Juntos por el Cambio como tampoco hubo ese corte de boleta que esperaba el oficialismo.
“Fue todo para ellos, hasta la cortaron a Vidal en la boleta”, remarcó uno de los funcionarios que estuvo presente cuando se comenzó a conocer la noticia. Es que en el seno de la campaña del oficialismo no caían de su asombro al ver que uno de cada dos bonaerenses inclinó su voto a favor de Kicillof.
"Es la economía, estúpido"
Los insultos en principio fueron todos para el jefe de Gabinete, Marcos Peña, que se quedó con la exclusividad de los primeros números que resguardó solamente para los jefes de campaña en la provincia, Federico Salvai, y de la Ciudad, Eduardo Macchiavelli. Pero no sólo por eso. Su negativa a desdoblar los comicios en la provincia de Buenos Aires también se oyeron.“Ojo, que Kicillof fue una copia de Vidal en 2015. Ni desdoblando nos podía llegar a alcanzar. El problema estuvo claramente en salir a decir “no conoce la provincia” cuando fue lo mismo que le dijeron a ella en su momento,a Scioli”, remarcó uno de los asesores más cercanos a la gobernadora. En los papeles, Vidal sólo consiguió 200.000 votos más que Macri por lo que el corte fue prácticamente marginal.
El golpe por la derrota fue tal que poco después del final de la conferencia de prensa el propio Macri se reunió con casi todo su gabinete. Los rumores de cambios de último momento surgían con el correr de las horas. Empezarán a evaluarse cambios, aunque todavía no se sabe de qué magnitud. "Nadie presentó una renuncia", pudo saber BigBang.
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El encuentro que empezó en Costa Salguero. Nadie quiso dar precisiones; terminó cuando faltaban cinco minutos para que se haga la medianoche.Larreta menos holgado y con la certeza de los pedidos
“A partir de mañana los vamos a tener a mucho viniendo a visitar los despachos de Uspallata”, graficó uno de los principales colaboradores del jefe de Gobierno porteño que contra todas las predicciones tendrá que arremangarse las mangas para competir de cara a lo que será su disputa contra Matías Lammens. La distancia fueron 14 puntos;el voto castigo también lo perjudicó a él. En la Ciudad hay segunda vuelta por lo que si el jefe de Gobierno lo logra la mitad más uno de los votos el 27 de octubre tendrá una parada complicada.
En su discurso final Larreta apenas agregó algunas palabras para Macri y Vidal, su foco estuvo en su elección. En su equipo sostienen que en octubre, al contabilizarse los votos en blancos, el panorama será otro. “Lousteau no nos sumó un sólo voto”, agregó uno de los funcionarios con despacho en Uspallata que no podía quitar sus ojos de las pantallas.
La parte económica tiene su mención a parte. El primer pantallazo real se tendrá cerca de las cinco de la mañana cuando abran los mercados de Europa. Allí se tendrá una aproximación de lo que será el día después.