18 Abril de 2024 12:48
Las miles de personas que se acercaron durante la mañana de este jueves al Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), para rodearlo, abrazarlo y llenarlo de solidaridad, en el marco del fuerte ajuste económico que afronta la gestión pública en general, y la educación en particular, significaron un apoyo más que necesario para los trabajadores de la institución.
Es que las noticias desde el nosocomio no eran las más alentadoras, luego de que develaran que estaba funcionando al 40 por ciento de sus posibilidades y que las cirugías programadas se habían reducido notablemente. Es que, al igual que las instalaciones universitarias que funcionan a oscuras, el recorte golpea con dureza al establecimiento.
"Es bastante compleja la situación porque dependemos de un presupuesto que no tenemos. El Hospital, para funcionar, necesita recursos, presupuesto. El presupuesto es para la compra de los insumos, medicamentos, los descartables, medicamentos de alto valor, el mantenimiento de la aparatología, el seguro de los aparatos, que es muy caro", detalló el director médico del Hospital de Clínicas, Marcelo Melo. "Si no tenemos esos recursos porque no existe el presupuesto, no podemos enfrentar ninguna licitación", agregó ante Radio Mitre.
El funcionario explicó que la situación de quienes trabajan todos los días en el lugar, también están en malas condiciones. "Cobran sueldos que están por debajo de la línea de pobreza. Es una locura total", describió el director médico, quien detalló que quienes se atienden ahí, en su gran mayoría, no cuentan con ningún tipo de cobertura médica y que muchas veces llegan con enfermedades de gravedad que no pueden ser atendidas en ningún otro lugar.
"Es una situación muy delicada", insistió Melo. "Tenemos el presupuesto congelado con una inflación del Indec del 270 por ciento, pero la inflación de los medicamentos es del 1000. Nosotros el año pasado hacíamos licitaciones cuatrimestrales para comprar los medicamentos y se gastaban 4 o 5 mil millones de pesos para un cuatrimestre. Ahora eso aumentó el 1000", ejemplificó.
Respecto a los recortes en los servicios que debieron realizar, confesó que ni con eso se puede sostener la estructura necesaria para la subsistencia. "Siempre con el verano merma su actividad, pero desde que terminó diciembre, y también como no teníamos certeza sobre el presupuesto, bajamos la actividad y solo empezamos a tratar fracturas, infecciones y oncológico (en cuanto a cirugías). Bajamos el funcionamiento del hospital al 30 o al 40 por ciento., pero ni siquiera con ese nivel de funcionamiento podemos enfrentar esos gastos", relató.
Las miles de personas que se acercaron a solidarizarse al hospital, fueron un poco de energía en el medio del desierto presupuestario. La masividad del reclamo derivó en que se corte la emblemática avenida Córdoba y la crudeza de los relatos y la realidad que expusieron derivaron en que el protocolo Bullrich que desaloja por la fuerza a los manifestantes brille por su ausencia.