El 2023 fue uno de los años más enrevesados desde el advenimiento de la Democracia en el año 1983. La irrupción de la ultraderecha de la mano de la rama liberal de la política con Javier Milei a la cabeza generó confusión, caos y cambios de perspectivas sobre todo en materia de Derechos Humanos.
2023 también es el tercer año después de la pandemia de 2020 que cambió rotundamente la manera de ver las cosas. Con salarios empobrecidos, pocas oportunidades laborales y un clima social enardecido por discursos de odio que se emiten en el prime time, el contexto no es el más favorable.
El 18 de octubre de 2023 el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que una Canasta Básica Total es de $319.422,04 para una familia de cuatro miembros. Claro que este dato, reflejado en la realidad diaria impacta sobre todo en mujeres y niños.
En la misma línea el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad publicó el Informe Igualar (31 de enero de 2023) en el que se mostró que el 64% de las mujeres argentinas tienen bajos ingresos. El informe arroja un dato también interesante que es que ganan un 28,1 % menos que los varones. Y hay más: la tasa de desocupación es del 7,8 % para las mujeres y del 6,1 % para los varones.
Los datos son impactantes y reflejan las realidades que las mujeres cis y trans viven a diario; en el mismo informe se descubrió también que quienes integran en ese sector de la sociedad “están más expuestas a trabajos informales que vulneran sus derechos como trabajadoras”.
Esa violencia económica y simbólica hace que mujeres y disidencias tengan menos oportunidades laborales, menos acceso a la vivienda, a la salud y a la educación. Muchas veces, ese contexto también las obliga a quedarse recluidas en lugares con agresores que perpetran la violencia, muchas veces, hasta la muerte. Las cifras que parecen muy frías, devuelven una reflexión: ¿cuáles son las principales consecuencias para las mujeres y disidencias con bajo salario y poco acceso a buenas oportunidades laborales?
La provincia de Chaco también está atravesada por esta realidad y tiene una crecida de casos de femicidios en 2023. Por eso BigBang consultó con Victoria Aguirre vocera nacional de MuMaLá (Mujeres de la Matria Latinoamericana, organización que difunde cifras de femicidios en Argentina) que acercó reflexiones y precisiones sobre el tema.
-Chaco tiene la tasa de femicidios más alta del país: ¿cuántos femicidios pudieron contabilizar durante este año? ¿A qué se le puede atribuir esta escalada de casos de femicidios?
En lo que va del año Chaco registra 16 femicidios y 9 intentos de femicidio. La escalada de casos tiene que ver con este discurso muy antiderechos, que está en todo el país. Coyunturalmente hay algunas provincias que tienen procesos de desborde y a veces sobresalen unas sobre otras.
Una parte del problema es la implementación de las políticas públicas: si vos tenés canales de denuncias y acceso a la Justicia, es mucho más probable que las personas se sientan más apoyadas al momento de denunciar y posiblemente el organismo encargado actúen de forma un poco más diligente otorgando determinadas herramientas que eviten la escalada de la de la violencia.
Situaciones de violencias constantes como la crisis social y económica que tiene el país, elevan el nivel de violencia familiar e intrafamiliar en la sociedad. La violencia escala a punto tal que termina en femicidio.
-Se ve también que los casos de violencia de género se perpetran con un agresor que está en el seno familiar e íntimo de las víctimas ¿Las mujeres no tienen acceso a herramientas para salir de ese círculo?
-Esto es algo que venimos reportando hace un montón para mostrarnos que no tiene que ver con los contextos donde vos te muevas o a la hora a la que salgas o qué haces de tu vida: el agresor está en el círculo íntimo.
Si nos ponemos a sumar las categorías pareja, ex pareja, familiares directos, familiares indirectos, compañeros de trabajo, conocidos de la víctima, llegamos hasta un casi un 93% de nivel de conocimiento.
En los casos donde el femicida no conocía a la víctima o no tenía ningún tipo de vinculación, son los menos, un 4% y debemos tener otro 4% donde no tenemos datos porque se encontró a la a la víctima, pero no hubo posibilidades de dar con el agresor o con el presunto agresor.
Ahí lo que hay que trabajar es lo que venimos diciendo a los Gobiernos: la prevención, las alertas tempranas. Que cuando vayas a denunciar, te tomen te tomen la denuncia; que no te hagan esas preguntas que no conducen a nada que vulneran y revictimizan, donde parece que las personas que están denunciando tienen que justificar por qué sostuvieron un vínculo de esas características.
Eso es parte de lo que todavía falta enseñar y sobre todo falta aprender de la Ley Micaela. Es lo primordial que Chaco -y el resto de las provincias- debería tener.
-¿Qué falta para frenar los femicidios y la violencia de género en Chaco? ¿Quién es responsable?
-El responsable de los femicidios es el que los perpetra. Hay una responsabilidad del Estado en cuanto a habilitar los canales para las denuncias, a sensibilizar a la población respecto a la violencia por motivos de género, esa es la parte que le completa el Estado.
Para nosotros el Estado sí es responsable en los casos donde ha tenido contacto con las víctimas, las víctimas han denunciado y sin embargo no les dio una respuesta que evitara ese femicidio. La realidad es que el Estado es responsable de brindar políticas públicas que contengan, que contemplen a toda la sociedad en su conjunto, y que estén pensadas para los territorios que tiene nuestro país que son muy disímiles y variados con una población socioeconómica totalmente distinta.
No es lo mismo vivir en la ciudad de Buenos Aires, con los de los determinadas accesos que tiene esta ciudad, a vivir en una localidad de Chaco donde posiblemente para hacer una denuncia tengan que hacer kilómetros; la denuncia nunca termina siendo anónima porque en estos lugares muy chicos -no Resistencia en particular porque es una ciudad bastante grande, pero en las localidades más pequeñas de Chaco- la realidad es que es muy difícil poder pensar que se mantienen estas denuncias de forma anónima, y es ahí donde muchas de las víctimas deciden no denunciar por temor a las a las represalias.
-De cara a las elecciones presidenciales, ¿Cómo ves la actuación del Estado nacional y provincial en casos de violencia de género?
-Nos preocupa mucho de cara a las elecciones que sinceramente salvo a último momento los candidatos no hayan hablado de este problema. Nosotros tenemos presentado el procedimiento el proyecto de emergencia, “Ni Una Menos” y todavía no tiene tratamiento...
Entendemos que tampoco lo va a tener en lo que queda de este año porque ya las elecciones son la semana que viene y la Cámara no está tratando temas nuevos y menos de la agenda de género en comisiones porque es algo que aparentemente se pusieron de acuerdo para no discutir.
Eso también visibiliza la importancia que le dan al tema cuando nosotros lo que denunciamos es que cada 24 horas muere una mujer y/o una disidencia en un contextos muy adversos
-Lilia Lemoine de La Libertad Avanza propuso un proyecto de ley en el que los progenitores podrían negarse a la paternidad. Milei propone también proyectos antiderechos. ¿Cómo pensás que podría influir en las políticas de género una victoria del libertario?
-Sería institucionalizar la violencia económica a lo que ya ocurre y que lamentablemente sufren muchas mujeres y muchas infancias. Acá no hay que perder de vista que el derecho alimentario es de los menores, no de la madre... Entonces la que reclama esos derechos para sus hijes son las mujeres, o quién tiene a cargo la tenencia de esos menores.
Me parece una aberración. Me parece increíble que tengamos que escuchar este tipo de discursos que atrasan y atrasan un montón en todo lo que hemos construido y luchado en estos últimos 70 años.
Es muy preocupante que planteen estas estas propuestas, que piensen que pueden salir a cuestionar la Educación Sexual Integral (ESI) como la ley marco para protección de las infancias y sobre todo para prevenir y erradicar la violencia por motivos de género.
Para nosotras la ESI es una herramienta fundamental porque es el primer abordaje que tienen desde el Estado las infancias para poder empoderarse, poder conocer cuáles son sus derechos. La ESI no es una ley para los papás y las mamás. Es una ley para los chicos, es un derecho de los niños niñas y adolescentes en este país.