La empresa cerealera Vicentín -dicho sea de paso, la máxima aportante a la campaña de Juntos por el Cambio- entró en cesación de pagos o "default" el pasado 5 de diciembre. La noticia fue pública entonces. El problema de la empresa afecta muy seriamente al Banco Nación, que le prestó nada menos que $18.370 millones de pesos, o sea, alrededor del 20 por ciento del patrimonio del banco.
Ningún otra entidad financiera le prestó una cantidad semejante: según informa La Política Online, el banco siguiente en la línea de créditos recibidos por Vicentin es el Provincia con 1.623 millones de pesos, o sea menos de la décima parte. La magnitud del préstamo viola normativas internacionales y afecta la estabilidad del banco, que por entonces presidía Javier González Fraga, el mismo funcionario que cuestionaba que durante el kirchnerismo a los "empleados medios" les habían hecho creer "que su sueldo servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior".
“La empresa estaba en categoría 1, es decir que aunque estaba incumpliendo sus pagos era considerada una empresa normal. Se la pasó a categoría 4, que quiere decir que tiene alta probabilidad de incobrabilidad, el paso previo a la quiebra o a una convocatoria de acreedores”, explicó el vocero del banco, Sergio Resumil, en diálogo con Gustavo Sylvestre.
Vicentín es la sexta exportadora de granos y productos agrícolas de la Argentina y dijo estar atravesando una situación de "estrés financiero" debido a que los productores apuraban sus ventas ante la posibilidad de que el Gobierno de Alberto Fernández aumentara las retenciones.
Resumil explicó que el BNA "suspendió el flujo de recursos a la empresa” y que hasta el momento Vicentín no presentó ninguna propuesta de pago.
"Lo que ocurre habitualmente es que abran una vía de negociación con su cadena producción o entidades financieras. Pero no se advierte ninguna voluntad. En 2018 facturó 118.000 millones, es decir que la deuda era el 15% de esa facturación. Para el banco no es grato que una empresa quiebre, pero estamos obligados a proteger nuestros activos, porque tenemos ocho millones de clientes”, aseguró.