06 Enero de 2016 06:27
Mauricio Macri se sometió hoy a una serie de controles aeróbicos de rutina para evaluar su estado físico debido a la actividad deportiva que realiza en su tiempo libre. El presidente, de 56 años, realizó a una ergometría en la clínica Favaloro.
Macri suele disputar partidos de fútbol y practicar distintos deportes. Se destaca en el paddle.
La información se conoció hoy a través del área de comunicación de Presidencia de la Nación. Según la descripción que se realiza del análisis médico, Macri fue sometido a una ergometría: "El jefe de Estado hace anualmente estos controles que consisten, entre otros, en actividad sobre una cinta durante la cual se evalúan respuestas físicas y cardíacas".
"Los estudios al Presidente se extenderán por aproximadamente dos horas", concluyó el informe que fue enviado a los medios de comunicación. Los estudios tuvieron lugar en la Fundación Favaloro, la misma en la que Cristina Fernández de Kirchner fue operada en octubre de 2013 de un hematoma subdural.
Vida sana y fanatismo por los deportes
Aunque ni el propio presidente sabe todavía cómo hará para incorporar su rutina de gimnasia a las largas jornadas presidenciales, lo cierto es que mantener la actividad física es uno de sus principales desafíos personales. De las pesitas a pilates.
El presidente entrenaba tres veces por semana en un exclusivo gimnasio de Barrio Parque.
Antes de desembarcar en Balcarce 50, el presidente mantenía una estricta rutina diaria que incluía visitar tres veces por semana el exclusivo gimnasio Ocampo Wellness Club (en el que cortejo a su actual mujer, Juliana Awada), partidos de fútbol los fines de semana en su refugio de Los Abrojos y clases especiales de pilates y yoga.
En el gimnasio, que queda a sólo siete cuadras de su departamento de la Av. del Libertador y Cavia, el líder de cambiemos hace tres veces por semana una rutina que fusiona actividad aeróbica, algo de pesas (de poco volumen, aunque a veces se anima a las de mayor kilaje), bicicleta, máquinas y poca cinta. ¿Cuánto tiempo invierte? No más de una hora.
El cortejo de Macri y Juliana Awada tuvo lugar en el gimnasio.
Luego de ducharse en el lugar, Macri solía regresar a su casa para desayunar junto a su mujer, la hija de ambos, Antonia, y Valentina, la que Awada tuvo en su primer matrimonio con el conde belga Bruno Laurent Barbier. Ahora podrá realizar su rutina en el gimnasio que Carlos Menem mandó a constuir en la residencia de Olivos, así como también disfrutar de las canchas de golf, tenis, paddle y el ring de boxeo.
Macri tiene una “armonizadora budista” que lo ayuda a reducir su nivel de estrés.
Aunque siempre mantuvo una contextura delgada, quienes lo conocen bien conocen su obsesión por mantenerse en forma y la buena alimentación. Durante su primer mandato como jefe de gobierno porteño, por ejemplo, eliminó las facturas de las reuniones de gabinete e instaló un riguroso menú matutino de té, frutas y cereales.
No está más de una hora, pero hace aeróbico, pesas, un poco de bici y máquinas.
Dos de sus funcionarios, Miguel de Godoy y Guillermo Montenegro, sufrieron en carne propia la preocupación del actual presidente, quien no dudó en ponerlos a dieta y adentrarlos en su filosofía que incluye, además de su rutina en Ocampo, clases de pilates y yoga. De hecho, en la flamante jefatura de gobierno instaló máquinas gratuitas dispensadoras de manzanas para todos los empleados.
Rutina de los fines de semana
Los Abrojos: su refugio de fin de semana que tiene cancha de tenis, paddle y fútbol.
Lejos de las presiones de Uspallata, Macri se refugiaba cuando todavía era el jefe de Gobierno porteño los fines de semana en Los Abrojos, la quinta que queda en Los Polvorines, a pocos metros de Campo de Mayo y la Ruta 8, partido de Malvinas Argentinas. Es, según dicen, su refugio en el mundo y por eso cuenta con las instalaciones de sus deportes preferidos: tenis, fútbol y paddle.
Juega de 10 y tiene su propio equipo. Es su diversión de los fines de semana.
El ex jefe de gobierno porteño tiene su propio equipo de fútbol y casi todos los fines de semana juega un torneo en la cancha tiene dimensiones importantes y, según se dice, el encargado de cuidarla es el canchero de River.
Aunque siempre soñó con ser el 9 de Boca, de hecho le confesó a Martín Palermo su envidia por poder llevar esa camiseta, Macri juega de 10. “Papá camina, no corre”, reveló con ingenuidad Antonia durante una entrevista televisiva en el lugar, aunque hace poco se filtró una impresionante conversión de tiro libre que tuvo al presidente como protagonista.
El domingo del ballotage, Macri votó y jugó esa tarde al paddle en Los Abrojos.
Además del fútbol, el presidente aprovecha los fines de semana para jugar al tenis.
Pero, desde hace un año, su pasión por el
paddle
reflotó
luego de que mandara a cambiar el césped sintético que tenía su cancha por uno especial, que, en caso de caerse, no le deja “frutillitas” en las rodillas y amortiza los golpes.