por Rafael Saralegui
09 Junio de 2020 16:13
El espionaje fue a propios y extraños. Las tareas de seguimiento ilegal que se llevaron adelante durante la gestión de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) en el gobierno de Mauricio Macri incluyeron a figuras de la entonces oposición, como la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, y a destacados dirigentes de Cambiemos, como los número uno y dos del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli.
Este lunes, CFK estuvo dos dos horas y media en el juzgado federal de Lomas de Zamora a cargo de Federico Villena, que tiene una de las causas en las que se investiga el espionaje ilegal durante el gobierno de Cambiemos, para conocer todas las evidencias de los seguimientos a los que fue sometida.
Otros dirigentes de Cambiemos ya tienen previsto presentarse en el juzgado. Es el caso de Santilli, quien además tiene pensado presentarse como querellante en ese expediente, tal como hizo la vicepresidente. Un dato no menor y hasta inédito: oficialismo y oposición juntos en la misma causa cada uno con su querella.
“Lo primero que a uno le pasa cuando lo llama un juez y dice que está citado por ser víctima de escuchas, lo primero que a uno le pasa es algo desagradable, repulsivo, espantoso y cuando empiezo a ver por los medios este tipo de imágenes que no es mi casa, es al lado , la verdad que es espantoso, es feo”, admitió Santilli este lunes cuando lo consultaron sobre el espionaje del que había sido víctima en su propio gobierno.
“Pero me parece que uno también tiene que ir , escuchar, ver qué es lo que sucede, ver que es lo que plantea la Justicia, confiar en la justicia, en el trabajo, en las instituciones, que tienen que esclarecer las cosas, que tienen que investigar a fondo, que tienen que ir a fondo”, agregó en declaraciones a TN.
De todos modos, dejó una puerta abierta, al señalar que debe igual “confiar también en el espacio que uno representa , y tienen que ver con eso, entonces yo lo que creo es ser muy prudente, quiero más allá de mi desagrado, de mi cosa espantosa de verse de esta manera, es tener prudencia, tener cautela e ir”.
Cuando Santilli se presente ante el juez Villena, podrá ver algunos de las fotografías que se publican en esta, que figuran en un informe elaborado por espías de la AFI en agosto de 2018, cuando el vicejefe de gobierno se había convertido en un “objetivo”. Un blanco sobre el que había que trabajar.
El coordinador de espías Alan Ruíz, mano de derecha de Majdalani en la AFI durante el gobierno de Cambiemos, se sinceró en diciembre de 2018 en una charla con un grupo de agentes sobre algunas de las operaciones que estaban realizando contra gente de su mismo espacio.
En esa charla -difundida en el programa de Rolando Graña el último domingo- se explica el supuesto malestar presidencial con Santilli. Ruiz que el vicejefe de gobierno habría intervenido en las elecciones que se realizaron ese año en el sindicato de comercio y que terminaron en un violento enfrentamiento.
“La gente de Cavalieri está contenida, pero les tomaron el sindicato de comercio. El que va a hacer una receta lo aprietan, están todos los del chalequito de carga de camioneros”, les dice Ruiz a sus subordinados.
“La gente de Cavalieri está contenida porque es gente amiga, porque está con el Presidente y demás.Y ahí le bajan el dedo (a Santilli) porque operó en contra de lo que ordenó el Presidente y lo que están diciendo es que el responsable de este kilombo fueron Muerza y Santilli”, dice Ruiz. Ramón Muerza fue candidato a secretario general del sindicato de Comercio y buscó desalojar al histórico Armando Cavalieri.
Un sorprendido agente le pregunta a Ruiz:
-Pero es gente de Macri, ¿que va a hacer con el tipo?
-Lo va a ejecutar, lo va a ejecutar. No sé si ahora, no se si después-, responde Ruiz sin titubear.
La decisión estaba tomada. El nombre que se le puso a Santilli para los seguimientos fue “Objetivo Pibe”, según consigna un informe del 16 de agosto de 2018, que fue secuestrado en uno de los allanamientos ordenados por el juez Villena.
“Se lleva a su conocimiento que se implantó el día viernes 10 del corriente mes, servicio de vigilancia sobre el domicilio de la Av. Presidente Figueroa Alcorta N° 3416 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que según versiones de fuente propia es donde se domicilia el “Objetivo Pibe” y su familia. Pudiendo este personal asignado al servicio constatar que la veracidad de la información es positiva. Se anexa fotografías de la finca”, arranca el informe de 30 página, que no especifica a quién va dirigido. Y siguen varias fotos con personas que entran en el edificio de la dirección señalada.
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El seguimiento no cesaba durante los fines de semana. Así más adelante se consigna:
“Siendo las 14:08 hs del día Domingo 12 del corriente se observa la salida del edificio de la Av. Presidente Figueroa Alcorta de la esposa del objetivo la cual aborda un vehículo oficial registrado a nombre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. Y aparece una foto del coche más la búsqueda de su patente en la base de datos del gobierno porteño.
Al día, siguiente lo fotografían a Santilli mientras hablar por teléfono en la calle. “Siendo las 09:14 hs del día lunes 13 de agosto de corriente mes, se observa por personal a pie que se encontraba en las inmediaciones del domicilio antes mencionado una persona de similares características físicas al objetivo, el mismo se encontraba hablando por teléfono celular sobre la calle San Martin de Tours de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, anotan los espías.
Los seguimientos siguen durante los días siguientes. Los agentes de la AFI siguen a Santilli a una charla con vecinos en el barrio de Chacarita, durante un encuentro en un centro cultural, sacan fotos de sus asesores mientras toman café en un bar.
Y le siguen sacando fotos en la calle, como si se tratara de una persona desconocida, un sospechoso que fuera necesario identificar. También sacan fotos de supuestos asesores del vicejefe de gobierno, a cargo del Ministerio de Justicia y Seguridad, que comanda a su vez la Policía de la Ciudad. Todo muy extraño e inquietante.
