17 Julio de 2019 17:21
Por Sergio Burstein
Con el respeto que merecen todos los ciudadanos, todos los habitantes y todas las personas que a medida de que se acerca la fecha -el 18 de julio- van tomando conciencia, una vez más, de que ya son 25 años que han transcurrido y que los argentinos tenemos las manos vacías de justicia, uno tiene que entender que no es lo mismo un familiar o alguien que perdió a alguien directo en el atentado que quienes estamos hace 25 años de pie intentando lograr que se haga justicia para que las víctimas puedan descansar en paz.
Y me refiero a esto: para nosotros el 18 de julio es todos los días y no está mal que para el resto no lo sea, porque lo importante es que acompañen a los familiares. Lamentablemente, esta mochila que nosotros cargamos como familiares de víctimas de AMIA nos las impuso un Estado ausente, una Justicia cómplice y un poder político arrodillado ante las necesidades de potencias extranjeras.
Y hoy, a 25 años, puedo decir que lo púnico que tenemos en claro la sociedad argentina toda, el mundo si se quiere, o por lo menos los que ansiamos vivir en paz y en libertad, lo único que sabemos sin ningún lugar a dudas y que nadie puede revertir es que el 18 de julio de 1994 a las 09:53 una bomba voló el edificio de la AMIA, murieron 85 personas y dejó un saldo de casi 300 heridos, y que la justicia argentina a lo único que pudo llegar fue a condenar en primera instancia en un juicio Oral y Público que culminó hace pocos meses, en febrero, a los responsables de que no sepamos la verdad. Que pese a que un juicio duró casi tres años, nunca dijeron por qué hicieron lo que hicieron. Todo lo contrario, siguen defendiendo, por decirlo así, lo que han hecho, no encontrando delito en lo que hicieron. Pero la verdad es una sola.
Ocultaron, engañaron, armaron a instancias de intereses superiores a la justicia....porque evidentemente las víctimas no les importa. Aquí es ver cómo se puede seguir haciendo política y favoreciendo intereses externos e internos a costa de la vida de 85 personas. Para los familiares, todos los días son 18 de julio porque todos los días nos tenemos que levantar y seguir en esta lucha -que feo ¿no? decir “en esta lucha”- para obtener justicia.
Lo importante es que nos acompañen, que aquellos que no fueron afectados en forma directa entiendan que esto nos pasó a todos. Que esto no es como pretende el presidente (Mauricio) Macri, con tres decretos, establecer que esto fue un ataque a la comunidad judía. ¡No, señor! Esto fue un ataque a los argentinos. Nos costó muchos años poder establecer que esto fue contra la Argentina, en un edificio de la comunidad judía.
Pero ahí se murieron argentinos judíos, se murieron paraguayos, se murieron bolivianos, católicos y allá murió el ser humano. ¡Atacaron a la humanidad! Es lamentable, triste y vergonzoso que un presidente haga lo que hace a pedido de dirigentes comunitarios o de la administración del presidente (Donald) Trump. Es vergonzoso, es denigrante...no habla bien de este señor “presidente de todos los argentinos”.