09 Junio de 2021 08:54
El lujo es vulgaridad y, en este caso, la opulencia es violencia geopolítica. Mientras la gran mayoría de los países con menos recursos batallan con los distintos laboratorios a nivel mundial para poder acceder a las vacunas y avanzar lo antes posible con sus respectivas campañas de inoculación contra el Covid-19, Estados Unidos enfrenta ahora otro problema: tras acaparar la mayor producción de vacunas, ahora tiene millones de dosis que están a punto de vencer y que, por el momento, tampoco piensa en donarlas a los países más necesitados.
De acuerdo a la publicación de The Wall Street Journal, se trata de millones de vacunas de Johnson & Johnson, Pfizer y Moderna que vencerán en las próximas semanas. ¿Cuál es el motivo? Además de que el país del norte tiene una gran cantidad de población "anti vacunas" que todavía se resiste a la inoculación, la decisión del Gobierno de Estados Unidos se suspender por tres días la administración de las dosis de Johnson & Johnson para evaluar un posible riesgo de trombosis hizo que miles de personas cancelaran sus turnos y dejaran esas dosis sin aplicar.
Guerra de patentes y puja geopolítica por las vacunas: qué países se oponen y por qué
Los números del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades son claros: se aplicaron sólo el 50 por ciento de las 21,4 dosis de Johnson & Johnson, mientras que la inoculación de los embarques de Moderna y Pfizer alcanza ya el 83 por ciento. La desconfianza que se generó en torno a la Johnson & Johnson forma parte de la guerra de laboratorios, quienes siguen pujando para ganar la mayor cantidad de mercados a nivel internacional.
Si bien el Gobierno tiene la posibilidad de donar o exportar las dosis que están por vencer, lo cierto es que la administración de Joe Biden decidió acelerar las promociones especiales para lograr que los estadounidenses pierdan el miedo a la Johnson & Johnson y es por eso que comenzaron a distribuir las dosis en consultorios médicos y farmacias.
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¿Por qué no las donan? Hay dos argumentaciones oficiales. En principio, todavía no hay estudios que permitan extender la vida útil de las vacunas, que vencerán a finales de junio. El proceso de distribución y traslado podría generar que no llegaran en buen estado a los países de destino, abriendo la posibilidad de posibles "problemas legales y logísticos" para Estados Unidos. Pero, en caso de alcanzar acuerdos en tiempo récord, la administración de Biden tampoco quiere asumir el rol del "Estado que regala dosis a punto de vencer", cuando China y Rusia se posicionan en términos geopolíticos como los países más "solidarios" de la pandemia.