"Esto no da para más". Esas fueron las palabras con las que Santiago Cafiero marcó la posición del Gobierno nacional en el encuentro que tuvo lugar hoy en Casa Rosada del que participaron los jefes de Gabinete de Ciudad y Provincia, Felipe Miguel y Carlos Bianco; así como también Carla Vizzotti y los titulares de la cartera sanitaria de ambos distritos, Daniel Gollán y Fernán Quirós. Fuentes de Nación reconocieron a BigBang que si bien la reunión fue tensa, todas las partes coincidieron en la gravedad de la situación epidemiológica actual y acordaron tomarse 24 horas para presentar propuestas con mayores restricciones para el AMBA.
El encuentro comenzó con los datos actualizados del Ministerio de Salud: hubo récord de casos (35.543) y de fallecidos (745). La cruda postal no dio lugar a mayores debates en torno a la necesidad de avanzar con las medidas restrictivas para reducir al máximo la circulación, tal y como vienen sosteniendo las autoridades de la Provincia de Buenos Aires y el Gobierno Nacional. En efecto, la instrucción de Alberto Fernández fue clara: que las jurisdicciones que estén en "alerta" sanitaria tomen más medidas de control y avancen con la limitación de actividades.
Fernández negó volver a Fase 1, pero la Ciudad aseguró que se vienen semanas críticas
"Se está hablando en esta misma línea y con este mismo tono con todos los gobernadores", reconocieron desde Casa Rosada, al tiempo que destacaron la decisión de Omar Perotti de implementar el modelo de restricciones con los criterios establecidos en el proyecto de ley que se envió al Congreso, después de que la provincia de Santa Fe registrara en las últimas 24 horas su propio récord de casos con 3.278 nuevos contagios.
La posición de la mayoría de los gobernadores, de acuerdo a los últimos encuentros e intercambios con el Gobierno nacional, es de respaldar el avance con las nuevas medidas de restricción. Sin embargo, desde el Gobierno porteño se siguen mostrando reacios a la idea de implementar el modelo que debería adoptar la Ciudad por los números actuales y desde el entorno de Horacio Rodríguez Larreta insisten con la idea de que las clases presenciales todavía pueden sostenerse, aunque sea para los grados de transición. El famoso concepto de "presencialidad administrada" en el que se trabajó después de que la Ciudad recurriera a la Corte Suprema.
"El invierno genera curva de casos. Naturalmente estamos con gente, nos encerramos en un living u oficina y nos encerramos porque hace frío. Por esto tenemos que evitar al máximo encontrarnos con gente con la que no convivimos", enfatizó esta mañana Quirós. Esa, en efecto, es la posición del Gobierno porteño: el crecimiento de casos se da tanto por el cansancio social, como por el encierro producto de las bajas temperaturas. Rechazan de forma ecuánime los contagios vinculados a las clases presenciales.
La pulseada electoral volvió a complicar la posibilidad de alcanzar una política sanitaria única tanto para la Provincia, como para la Ciudad. Es por eso que desde el Gobierno nacional lo que se buscará será renovar el viernes el DNU presidencial con los parámetros epidemiológicos del proyecto que ya fue enviado al Congreso. Esto quiere decir que, en caso de no volver a judicializar la disposición presidencial, Larreta debería renunciar no sólo a la presencialidad escolar. En concreto, de no mediar un acuerdo previo, la Ciudad debería el sábado adoptar la batería de medidas que en las últimas horas anunció Perotti.