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Explosivas revelaciones de Rolando Graña: espías en el juicio por AMIA

El periodista declaró como testigo en el juicio que se sigue por encubrimiento. Cómo se enteró de las irregularidades y las internas entre los agentes de la Side.

22 Septiembre de 2016 20:57

Desde hace meses se realiza el juicio oral por las irregularidades cometidas en la investigación del atentado contra la sede de la AMIA, en la que están acusados, entre otros, el ex presidente Menem y el ex juez Galeano, pero los medios en general no le prestan mucha atención.

Pero en el juicio ocurren cosas importantes. Hoy declaró como testigo en la causa el periodista Rolando Graña, en la audiencia 52 del juicio por encubrimiento del atentado a la AMIA, y reveló la sospechas sobre las irregularidades en la causa.

La ONG Memoria Activa, que agrupa a familiares de víctimas del ataque, realiza una cobertura en Facebook de las audiencias. Y sobre la declaración de Graña informó:

Graña declaró durante más de una sobre su relación con el entonces prosecretario del Juzgado Federal 9, Claudio Lifschitz, quien denunció las irregularidades que se estaban cometiendo en la causa. “Era la primera vez que desde adentro del juzgado alguien traía pruebas”, afirmó el periodista.

"Como ejemplo de esto, mencionó el “claro trato especial” que recibió el empresario allegado a la familia Menem, Alberto Kanoore Edul y el llamado que, según Lifschitz, hizo Munir Menem al ex juez Juan José Galeano para impedir que se investigue esa pista", informó Memoria Activa.

Graña dijo que entre sus fuentes, además de Lifschitz,  contaba con los abogados de las querellas y que se reunía con los funcionarios al frente de la investigación, a muchos de los cuales conocía de otras causas.

#AMIA Al parecer, según el agente García, en el prostíbulo de Martins había un bartender iraní que traducía las escuchas para la SIDE

- Memoria Activa (@MemoriaActiva)

22 de septiembre de 2016

El informe

Según contó el periodista, tras hacer públicas sus denuncias, Lifschitz decidió irse del país a raíz de las amenazas que recibía. “Tenía miedo y antes de irse me dejó una caja con documentación. Me dijo que eran la garantía de su vida”.

Además de fotocopias de la causa y de la agenda de Kanoore Edul, entre esas pruebas había un casete con escuchas en farsi que, al parecer, pertenecían a células dormidas iraníes.

“Esa cinta se la entregué a Nisman en el 2003 aproximadamente pero nunca fue incorporada a la causa”, afirmó con seguridad. La información, según dijo, la obtuvo de una fuente que no quiso revelar.

“Era fuerte. Esa escucha demostraba que había plata para que la investigación se desviara hacia los policías”, expresó Graña. Con esto, añadió, la versión del libro de la que hablaban Galeano y Telleldín en el video difundido por los medios, se caía. “La teoría del libro era para reirnos. Todos sabemos que nunca se pagan 400.000 dólares de anticipado. Era la tapadera de otra cosa”.

En esa escucha, aparecía el agente de inteligencia Isaac Eduardo García, quien -tras el levantamiento de la obligación de guardar secreto- declaró en el juicio oral y ratificó el pago. “Mucho tiempo después hablé con Isaac García y también me contó que él era el chofer de Monsen Rabbani. De hecho, se jactaba de haberle tomado la foto buscando la Trafic”, expresó al tiempo que agregó algo de color: “García decía que lo llevaba a Rabbani muy seguido a un prostíbulo que pertenecía a Raúl Martins. Ahí había un bartender iraní a quien le pedían traducciones de las escuchas en farsi”.

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